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Con ellos crecimos

martes 14 de mayo de 2019, 03:00h

El pasado domingo se conmemoraba el décimo aniversario de la muerte de un grande, Antonio Vega; a la vez que se despedía a otro que, con sus luces y sus sombras, fue grande, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Los de mi generación convivimos con ambos y cada uno en su ámbito destacaron en una época. Nuestra adolescencia la disfrutamos con Vega, quizás el mejor poeta, con permiso de Sabina, de la música española de los últimos tiempos y crecimos con Rubalcaba en el Gobierno, pilotando los mandos.

Ya en los primeros gobiernos del Presidente González se hablaba de la factoría Rubalcaba como una manera de producir ideas y pensamiento, también como no, en el regate corto, en el día a día. Yo no coincido con ese sentimiento tan español que hay que hablar bien de los muertos, hay que hablar bien de los muertos en la medida que en nuestra opinión lo merezcan.

De Vega y de Rubalcaba se podrían decir cosas buenas y malas, como de todo el mundo imagino; esencialmente de Antonio Vega podría decir que le agradezco los momentos de felicidad que nos dio con su música, “la chica de ayer”, ahora está sonando, es casi un himno para mi generación.

De Rubalcaba puedo decir que era lo que se dice un animal político y que leía como nadie los tiempos políticos y así lo demostró los días antes del 11-M que convirtió con su maniobrismo y el legendario sms pásalo!!, para desgracia de este país, en un mediocre en presidente, Rodríguez Zapatero. También fue un hombre de estado que a la hora de tomar decisiones trascendentes, con mayúsculas, estuvo a la altura. Siempre pesará en su debe facilitar ganar esas elecciones a Zapatero. En su haber seguramente hay más que eso pues fue un hombre con vocación de servicio.
Ya han pasado diez de la muerte de Antonio Vega y pienso que nos hemos quedado sin lo mejor de él, sin grandes canciones, le quedaba mucho que ofrecernos y con qué deleitarnos, de Rubalcaba a los pocos días de su muerte me hubiese gustado compartir una conversación para que me contase justamente todo aquello que sabía y no podía contar, secretos que marchan con él.

Pero la sensación con la que me quedo es que los músicos y los políticos actuales no están a la altura de ambos y eso estoy seguro de que eso es malo. Para ambos, como decían los romanos, que la tierra os sea leve. Que pasen un buen día.

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