Imagine la población de todo el término municipal de Algaida o Alaró. Ahora, métalos a todos en un barco de guerra, con cazas, aviones y helicópteros maniobrando a diario, durante meses y en aguas de cualquier mar u océano del mundo: esa es la realidad del Abraham Lincoln, uno de los once portaaviones de la Armada estadounidense y quizás el más emblemático, que emprende nueva misión y hace su primera escala en Palma. mallorcadiario.com ha visitado sus entrañas mientras fondea imponente en la bahía.
VÍDEO: Daniel López
Un hangar bajo cubierta, salas de máquinas, puente de mando, una sala-museo de Lincoln, oficinas, camarotes, hospitales, barberías, zonas de ocio... Tiene hasta un Starbucks. "Es un coloso, una auténtica ciudad sobre el mar", explica a los medios la portavoz del buque. En total, mide 333 metros de eslora y 40 de manga, y cuenta con dos reactores nucleares y cuatro turbinas de vapor para desplazar 97.000 toneladas, entre ellas, las de las 80 aeronaves que transporta, entre aviones y helicópteros. De hecho, está preparado para que los cazas de combate despeguen cada 30 segundos y aterricen cada minuto.
"Estamos llamados a mantener la estabilidad y evitar los conflictos en todo el mundo", afirma el contraalmirante John F.G. Wade. Esta nueva misión les llevará durante los próximos siete meses por aguas de todo el globo "afrontando cualquier escenario que se dé". Desde operaciones militares -como las que ya ha vivido el buque en Irak y Afganistán- hasta misiones de ayuda humanitaria en desastres naturales.
LA VIDA A BORDO: TRABAJO SIN DESCANSO Y PATRIOTISMO
A bordo, cerca de 6.000 tripulantes trabajan milimétricamente coordinados: 3.200 son marineros y 2.400 profesionales de la Fuerza Aérea. "Aquí todos sabemos exactamente cuál es nuestra responsabilidad y no se puede fallar", cuenta a mallorcadiario.com Aaron, uno de los marineros de la misión.
Saben cuándo empieza la misión pero no dónde les irá llevando o cómo acabará. Por eso, además de cuidar la salud con médicos o dentistas, también controlan el aspecto emocional de los marineros con tratamientos psicológicos a bordo, si es necesario. "Trabajamos mucho y muy duro pero también tenemos que vivir y disfrutar, somos personas", agrega. Y sobre todo, son jóvenes: la media de edad es de 23 años. De hecho, para muchos de ellos, ésta es su primera salida de Estados Unidos", explica una portavoz. "Es una forma de servir a tu país conociendo mundo", indica otro de los tripulantes.
El "Shall not perish" -'prevaleceremos, no pereceremos'- que el presidente Lincoln pronunció en Gettysburg en pro de la libertad, está tatuado en puertas y pasillos del laberíntico interior. "Es nuestro lema, la frase que nos acompaña en días buenos y no tan buenos".
De momento, para su parada mallorquina cuentan con excursiones y visitas organizadas a la Seu o el Castell de Bellver y la revista interna del buque les hace recomendaciones culinarias -coca de patata, sobrasada o arros brut- e incluso, de comportamiento, algunas curiosas: "No tocar ni abrazar a algún español si no se le conoce bien", "no dar el 'OK' con el dedo", "vestir fashion pero de manera conservadora" o "los españoles se aproximan para mantener conversaciones"
Algunos aseguran a este digital que asistirán a las procesiones de Semana Santa aunque, desde luego, lo que no ha faltado han sido las visitas a puntos clave... como el Bar España. "Nos encanta este país, su gente y su comida".
ESPAÑA, ALIADA, ESCOLTA
Para esta vuelta al mundo, el USS Abraham Lincoln contará con diversos agentes externos de apoyo y colaboración. Entre ellos, uno español: la fragata española Méndez Núñez, con 215 oficiales y marineros a bordo, cuya misión es escoltar al portaaviones allá donde vaya a lo largo de estos siete meses. "La Armada española tiene un nivel excelente y la colaboración es de alto nivel", ha subrayado Wade. "Tanto mi país, Estados Unidos, como el vuestro, España, están comprometidos con la libertad y la democracia, por lo que trabajar juntos nos hace a todos más fuertes".
Ésta es la cuarta vez que un buque español participa en una misión junto a un portaaviones estadounidense.