No importa que les cuente que el pasado domingo se celebraron unas elecciones anticipadas en Andalucía que adelantó la gran derrotada y desde hoy Presidente en funciones doña Susana Díaz. Como en su día el hoy Presidente Sánchez o la aún Presidente Armengol, la señora Díaz llevó al PSOE al peor resultado de su historia. Si la quieren hacer dimitir puede invocar los dos precedentes de su partido
Llevamos cinco años conviviendo con Podemos, un partido radical de extrema izquierda que quiere convertirnos en la Venezuela de Europa y mucha gente se echa las manos a la cabeza por los resultados que ha obtenido Vox. ¿Es acaso el señor Abascal más fascista que el señor Iglesias? A mí me parece que para el estado surgido de la Constitución que pasado mañana cumple cuarenta años es mucho más peligroso el señor Iglesias, ese ciudadano que no ha sabido quedarse en su barrio y que le han aparecido dejes de nuevo rico
Sé que no tengo que justificarme pero no soy ni simpatizante, ni militante y no seré votante de Vox, me queda muy lejos, pero hasta donde yo sé es un partido inscrito en el registro de partidos políticos del Gobierno de España. Exactamente igual que Podemos, el PSOE, el PP o Ciudadanos entre otros; no procede, entonces, poner en duda sus principios democráticos que exige la Ley de Partidos.
Creo que el problema del día después es que nuestros políticos no son capaces de hacer autocrítica de manera seria; no son capaces de entender porque cuatrocientas mil personas han optado por una opción política que no les gusta, pero a diferencia de ellos yo la respeto y la entiendo y no me planteo perseguirla; como en su día no me planteé perseguir a Podemos y han dado motivos para estar frente a ellos por su sectarismo e hipocresía.
Si este fuese un país con principios democráticos interiorizados la señora Susana Díaz, el señor Moreno y la señora Rodríguez presentarían la dimisión por sus pésimos resultados pero aquí nadie dimite; e incluso al señor Moreno le puede caer el premio, como a la señora Armengol y al señor Bauzá, de la presidencia de la comunidad o un acta de senador autonómico.
La aritmética parlamentaria es muy tozuda y parece que sólo hay una suma que de una mayoría suficiente para constituir un gobierno y es la que va a tener que salir en un ejercicio de absoluto pragmatismo político; se pueden plantear escenarios exóticos como una gran coalición al modo alemán pero la señora Díaz no es la señora Merkel, ni se le parece. Nadie querrá arriesgarse, de los tres partidos que pueden sumar, a ir a unas nuevas elecciones en las que sólo podrían ir a peor.
Por último creo que se debe respetar el voto de los andaluces, hayan votado el partido que hayan votado, en eso consiste la democracia y no invocar lemas guerra civilistas como hizo ayer el padre de la patria señor Iglesias que en un imprudente e incendiario discurso ninguneó lo votado por los electores, si no era a los suyos, claro, en un ejercicio de totalitarismo fascista. Del señor Sánchez, como siempre nada, nada de nada, es la demostración que la figura de Presidente de Gobierno es prescindible. A buen seguro estará volando por ahí con nuestros aviones. Que pasen un buen día.