Ayer este digital publicaba un editorial sobre el consumo de alcohol y drogas relacionado con los accidentes de tráfico. Las cifras son escandalosas. Lo peor es que ya lo vemos como algo normal y nos hemos acostumbrado. Somos una sociedad enferma cuando no hacemos nada como personas ante una tragedia tan preocupante. El alcoholismo junto al consumo de otras drogas no pueden ser nunca algo normal cuando hablamos de vidas humanas.
Las familias deberían dar ejemplo a los más jóvenes y lo dan pero a la inversa. Estamos enseñando a los más pequeños que beber es lo normal, que no pasa nada por pillarse una borrachera e incluso nos parece bien que fumen porros de vez en cuando ¡Todos hemos sido jóvenes! Los hijos crecen viendo como sus padres conducen bebidos. En la televisión a todas horas se muestra como algo común el hecho de beber y drogarse. No se les están ofreciendo alternativas atractivas a los adolescentes para no sucumbir al botellón y al colocón de fin de semana que poco a poco se va convirtiendo en un plan diario.
La realidad es que estamos hablando de muertos, de familias destrozadas, de vidas truncadas y de mucho más que números y estadísticas. Hace falta como tantas veces mucha pedagogía y educación. El alcohol es igual o peor que otras drogas ilegales. Por más campañas que se hagan desde la DGT de poco sirven cuando falla la base, cuando los cimientos no se aguantan y cuando incluso todo un ex presidente del Gobierno como Aznar salió diciendo que lo de conducir bebido es algo que debe respetarse “mientras no se haga daño a nadie”. Somos un país de borrachos y tarados y hasta que esto no cambie tendremos que acostumbrarnos a ver ramos de flores en los arcenes y sangre en la carretera.
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No(
