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Cláusula suelo hipotecaria

jueves 04 de mayo de 2017, 04:00h

La semana pasada tuve una sorpresa, tras solo dos meses de la reclamación de mi cláusula suelo hipotecaria, he recibido la resolución de la misma y esta me ha sido devuelta.

¡Qué suerte tienes!, me han comentado mis conocidos, a lo que yo he alegado: ¡no es suerte, se ha hecho justicia!, estoy enormemente agradecida por haber recibido la devolución de un dinero que era mío, ¿ironías del destino, verdad?. Un dinero que volverá a reinvertirse en la hipoteca y que parece ser que tenemos que saber agradecer que sea devuelto.

Todos los afectados por el tema de las cláusulas suelo hipotecarias, se han visto en el mismo caso que el mío y ahora piden que se les devuelva un dinero que es suyo y parece que deben de estar agradecidos si es así, ¿no les parece injusto?.

El caso es que es cierto que esto nos ha ocurrido a todos por no leer la letra pequeña, por fiarnos de lo que nos decía un asesor bancario y por ser tan necios de confiar en una persona que tiene como único fin vendernos un producto.

Cuando recibimos un dinero de un banco nos vemos gratamente agradecidos, como si ese dinero no se debiera devolver jamás al banco y según van pasando los meses y los años, nos vemos ahogados por facturas y por el pago de un piso que, debería de ser un derecho social para todas las personas.

¡Vivimos en un mundo de locos!, lo que debiera de ser un derecho adquirido, nos hacen pensar que es un lujo y nos matamos a trabajar día si y día también, para pagar algo que debería de ser un bien social.

Se que vivimos en una sociedad de consumo y que si salimos de la rueda estamos muertos, pero que nos veamos luchando por un dinero que nos fue robado y que tengamos que ser agradecidos por su devolución me parece lo más Kafkiano del mundo.

Y aún así he de reconocer que me alegría ha sido sublime al encontrarme con esta devolución, aunque sea un dinero que ni veré, pues será reinvertido, me siento feliz por ello.

No obstante, no puedo pensar en mi foro interior, que me lo debían a mi y al centenar de personas que se encuentran en mi situación y pido que todo el mundo tenga la misma “suerte” que yo e, irónicamente les devuelvan lo que es suyo.

De momento lo celebraré con mi marido, que lo tengo merecido.

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