Carlos Alonso dejó patente el pasado miércoles lo que era un secreto a voces: la relación con Patricia Hernández es muy tensa. No ha gustado la forma que ha tenido de llegar al cargo la vicepresidenta del Ejecutivo autonómico, con sus ínfulas de estrella, y no invitar al Cabildo de Tenerife a visitar el Hospital del Sur ha sido la gota que ha colmado el vaso.
Se le va a hacer largo el camino a Clavijo, que ve temblar el acuerdo de Gobierno con cada nueva fractura. Estas se suceden sin cesar desde la formación del Ejecutivo, y por mucho que el presidente se empeñe en mostrar una cohesión inexistente, asuntos como la Ley del Suelo, la Reforma del Sistema Electoral Canario y el todavía candente tema de los fondos del IGTE prometen más quebraderos de cabeza para el todavía verde líder autonómico.
De su gestión de esta crisis depende su pervivencia política para la próxima legislatura.