¡A buenas horas con la preguntita!, que diría el quisquilloso. Y desde luego puede tener su miga el meterse en esa posibilidad. Aunque lo normal, es pensar que la cifra del título nunca llegaría a ser una realidad. El problema es que desde hace mucho tiempo, las tesis y postura “buenista” han ido calando más que las que tratan de analizar la situación desde un punto de vista más objetivo. La cuestión siempre, se mire como se mire, termina tocando el corazón antes que la cabeza y en ese río tan revuelto, es donde los pescadores ilegales hacen su verdadero agosto.
Es difícil ponerse en la piel de las personas que se aventuran en esos cascarones a los que los esclavistas le ponen nombres como patera, barca o, incluso barcos. Resulta doloroso verlos llegar y envueltos en mantas rojas, comenzar un nuevo camino hacia ninguna parte. Me produce estupor ver a bebés que son acogidos por brazos extraños y que con su llanto no consiguen lo que ellos, ni siquiera, han soñado tener. Me imagino las travesías que han tenido que sufrir hasta tocar tierra. ¡Cuántas promesas habrán escuchado, esos oídos, de bocas mentirosas! Y, ¿Total para qué? ¿Para llegar a una tierra, donde volverán a recibir promesas que nunca o casi nunca se cumplirán? Esa es una realidad, pero otra bien distinta es la que cada una de esas personas, se ha formado desde el primer momento en el que empezaron a reunir el dinero que los negociantes de esperanzas les pedían por un billete a ¿Europa?
Mientras tanto, en la tierra prometida o por lo menos a la que arribaron, nos preguntamos; ¿Qué vamos a hacer con tanta gente? Que cultiven las tierras abandonadas que hoy mostramos a nuestros turistas cuando salen de excursión. ¿Pero qué tierras? Todo lo que parece abandonado, lo único que está es en posición de expectativas hasta que llegue un inversor para seguir sembrando cemento. ¡No podrán cultivar, pues! Entonces, que se dediquen a la construcción… ¿Y qué hacemos con la gente del lugar que también está esperando a que se reactive ese sector de la producción? Nada, ¡otro sector en el que tampoco tendrán cabida! ¿En el Turismo? Ya tenemos el cupo cubierto con personas “muy bien formadas” del centro de Europa y de Latinoamérica. ¡Turismo descartado! ¿Y, si los ponemos a estudiar una FP o estudios básicos? Ya, y que todo salga de nuestros impuestos, ¿verdad? Descartado, para evitar mayores problemas. Dirijas la mirada a un lado o a otro, vamos a tener difícil darle una salida digna a tanto migrante. De momento, podemos meterlos en guetos y tratar de esconderlos para que parezca que no son tantos. ¿Esconderlos? Pero si es que circulan en grupos como si se tratara de Mazáis en trashumancia pastoril. Con cholas de “Adidas”, pero perfectamente identificables como no nativos. Vaya caramba, pues sí que está complicada la cosa. Menos mal que tenemos a nuestros políticos intentando solucionar el problema de la migración. ¿Es así, verdad? Cric, cric, cric
¿Que no seamos tan duros? Veamos, en el año 2006, ya fue un año de mucha llegada de pateras y alcanzamos cifras que superaron treinta y un mil migrantes. Recuerdo vivir aquel año como un momento de intranquilidad en la población, pues se trataba de algo inusual. Las noticias hablaban de la frontera italiana y del mar Mediterráneo como la vía de la migración. Nos escandalizaba todo aquello y nos dolía que al barco de la ONG, no lo dejaran llevar a puerto a los africanos que habían rescatado del mar. Pero Italia dijo basta y decidió cerrar la llamada “vía mediterránea de la migración” ¡Ah! ¿Pero se podía cerrar? Parece que sí. Pues tras decidir Italia que ya estaba bien de tanta llegada ilegal, los transportadores de seres humanos, abrieron la ruta de la muerte -en el momento que se comenzó a desviar las embarcaciones y el esfuerzo hacia el Atlántico, no la llamaban de esa manera, pero tras la experiencia, así se la conoce ahora- y canarias pasó a hablar, entonces, de casi cuarenta mil personas en el año 2023. Un incremento superior al 100%.
Ese año que quedó como un momento record de migración hacia Europa vía Canarias, los políticos ya empezaron a levantar la voz, pero con el mismo resultado que el conseguido en aquel otro año de 2006. Tenemos que hacer algo, decían unos; está claro que Canarias no puede soportar tamaño incremento, gritaban otros; esto hay que pararlo como se hizo desde Italia, bramaban los más gallitos. Pero la solución no solo no llegaba, sino que el goteo del grifo, llegó a convertirse en un chorro potente que para sí lo quieran en muchas viviendas. La migración siguió aumentando su incidencia hasta llegar al final de 2024, donde las cifras subieron hasta superar la cifra de los cuarenta y cinco mil seres humanos llegados a las costas canarias. Por tener un dato significativo, en el mismo periodo, según se recogía en www.elmundo.es, los datos de llegada a territorio italiana, bajaron un 58%. ¿Curioso o decisión del gobierno de aquel país de enfrentarse al problema sin mirar para los lados? ¿Significan unos y otros datos que en Italia no hay gente con buen corazón? La gente que se tienen por progresistas, achacan esa disminución a que en ese otro país latino, manda la extrema derecha y ellos no quieren saber nada de migración. Migrazione? Cosa stai dicendo?
En Canarias, también se hacen preguntas, pero el tono que se emplea, parece algo más timorato. Aunque cuando se le pregunta al Señor Presidente del Gobierno de Canarias, suele contestar que ha alzado su voz para exigir soluciones ya. Cada vez que lo ha dicho ha aumentado el número de pateras. No estoy seguro al pensar que, si se estuviera calladito, tal vez nos iría hasta mejor. En los primeros tres días de 2025 ya habían llegado a nuestras costas más de seiscientos migrantes en un buen número de pateras. Parece que él y el que fuera su antecesor, ahora Ministro, han alcanzado un acuerdo para ¿saltarse al PP?… ¡Por favor señor Presidente, no siga usando su habitual tono duro!
Visto lo visto, dejo volar mi imaginación y le permito que llegue a una cifra de cien mil llegadas. ¿Qué pasaría cuando lleguemos a ese nivel? Nuestro Presidente, nos dirá que este dato es el “techo” de las islas Canarias. Ya no podemos soportar ni una patera más y seguramente hará responsable al Gobierno Central. Desde allí le contestarán que las competencias están transferidas y no hay motivos para su queja hasta que convenza a sus socios de que voten a favor de la Ley de Extranjería. El partido de la oposición allá, pero cogobernante acá, dirá que mienten desde Madrid y que bajo ningún concepto los de la izquierda conseguirán romper el magnífico pacto que mantienen con los nacionalistas en tierras isleñas. Las ONG, estarán pendientes a las nuevas partidas económicas que seguirán recibiendo para atender a toda esa gente. Y ¿la población?… ¡ay, la población! Este grupo solo seguirá contando pateras, migrantes, mantas rojas y centros de acogida. Tal vez dedique su tiempo a aprender italiano, para saber decir aquello de: Governo spagnolo? Di che governo stai parlando? Governo delle Canarie? Parole, parole parole… y es que son tantas palabras, que ya agotan.