Cena espectáculo en el castillo de San José
La cena espectáculo que se organiza en el Restaurante MIAC-Castillo de San José está dedicada este año al tango argentino (14 y 15 de febrero), con una cantante saxofonista, un pianista-bandoneonista y una bailarina. Junto con el Museo Internacional de Arte Contemporáneo, Manrique diseñó en 1976 este restaurante, ubicado en el Castillo de San José, frente a la bahía de Arrecife, y en él se puede disfrutar de una gastronomía internacional fusionada con recetas canarias.
Humor absurdo en el Islote Fermina
El dúo de malabaristas que forman Patfield & Triguero exhibirán el 22 de febrero Gibbon en el Islote Fermina, un tranquilo refugio en Arrecife diseñado por Manrique en los años 70, convertido en espacio multifuncional recientemente rehabilitado, que fusiona cultura, ocio, gastronomía y naturaleza. En Gibbon Patfield & Triguero crean un surrealista juego de malabares con una coreografía que mueve al humor y al absurdo.
Escena Lanzarote también propone un taller para bailarines interesados en tomar clase de técnica gaga (una popular forma de baile) en el interior de una cueva volcánica. Durante tres días (del 24 al 26 de enero) Mario Bermúdez y Catherine Coure, de Marcat Dance, desarrollarán este workshop en los auditorios de Jameos del Agua y de Cueva Islote Fermina.
La danza del Jardín de Cactus
Por último, Solos en el jardín se ha convertido en una especie de ciclo dentro del festival, donde se invita a bailarines de danza contemporánea a realizar una pieza corta con varios pases durante el día para mantener el flujo de la visita a estos espacios muy transitados por visitantes. Este año actuará Andrea Pérez el 8 y 9 de marzo en la pista de baile de Jameos del Agua y en el Jardín de Cactus, que es la última gran obra de César Manrique en Lanzarote, una fascinante creación que acoge, en una antigua cantera usada como vertedero rehabilitada, alrededor de 4.500 ejemplares de cactus de unas 500 especies procedentes de los cinco continentes.
El 22 de marzo ocupará los Jameos del Agua Glass house, la cuarta producción de danza de Ogmia, compañía que el coreógrafo asturiano Eduardo Vallejo fundó en 2019. En ella, Vallejo propone una catarsis ritual en la que el individuo, como parte de una sociedad anti utópica en la que se siente alienado, tratará de salvarse de sí mismo.
Y por último, el 5 de abril, el último día del festival, el baile flamenco contemporáneo de La confluencia, que se alimenta de su pasado y su raíz, mostrará el talento de la compañía de Estévez / Paños y Compañía, reconocida con el Premio Nacional de Danza 2019 en la modalidad de Creación. En escena comparecen ocho hombres, con ocho perfiles muy concretos que a través de la música y el baile encarnarán al flamenco, al campesino, al bolero, al gitano, al bailaor, al cantaor, al pregonero, al majo, al manolo, al esclavo, al converso, al huido, al guitarrista, al barbero, al preflamenco, al montañés, al americano, al andaluz, al hombre…, al hombre contemporáneo.