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De como Aldama vino a desfacer el entuerto

Por Julio Fajardo Sánchez
viernes 22 de noviembre de 2024, 13:10h

Aldama ha venido a aguarle la fiesta al Gobierno, declarando ante el juez el mismo día en que se la jugaba con la reforma fiscal, pero, a la vez, ha servido para reforzar el pacto, porque conseguir la mayoría de los votos después del chaparrón significa que una denuncia por corrupción, en principio aceptada como verosímil por el fiscal, no ha influido negativamente en la decisión de sus señorías. Antes bien, parece que ha servido de acicate para apoyar, todo en condicional, aquello que hasta el momento decían que no iban a aceptar. Esto quiere decir que los que apuestan por mantener al Ejecutivo están más interesados que nadie en que éste continúe. Deben haber hecho cálculos de que en otra situación se encontrarían bastante más incómodos. Esta es la primera lectura que extraigo de lo ocurrido ayer, cuya coincidencia considero que no ha sido casual.

Luego está la interpretación de los de a pie. Los que creen a pies juntillas que todo es mentira; que es una escaramuza más del rifirrafe político, lawfare incluido; que obedece a los movimientos de la fachosfera; que todo es una inventada porque España va como un cohete. Se dice que los tribunales pondrán las cosas en su sitio, que lo malo es la pena de telediario, pero la pena de telediario no la sufre en nuestro país tanto la izquierda como la derecha. En este aspecto, como dicen que ocurre con el Madrid o el Barça, siempre se sale a la liga con cinco puntos de ventaja. El reflejo en la opinión pública lo veremos en el próximo sondeo del CIS, que actuará, como siempre, como el bálsamo de fierabrás, que cura todas las heridas. Sin ese ungüento maravilloso no sería posible la historia de don Quijote, que entraba en boxes después de las palizas y estaba como una flor al día siguiente, dispuesto a iniciar una nueva aventura, y así hasta el final del libro. Menos mal que Cervantes, que era muy inteligente, le sana de sus desvaríos antes de morir, y desaparece el mundo de los encantamientos y los entuertos para retornar a la cordura y a la realidad. El escritor, en su extraordinaria novela, nos viene a decir que de todo se sale, incluso del disparate de don Quijote.

A España hay que entenderla como un relato interminable, donde un avatar se sucede a otro, igual que en las Mil y una noches, para evitar que te corten la cabeza. Cuando todo está a punto de que venga el verdugo del sultán con el alfanje, siempre habrá unos puntos suspensivos que te salvarán hasta el próximo campanazo. Así avanzamos, de sorpresa en sorpresa, hasta el último capítulo, siempre con la esperanza del aplazamiento de la ejecución. Una de cal y dos de arena, que es como se hace un buen mortero. Hoy toca Aldama, como una historia fantástica de cabreros que se resolverá dos o tres episodios más adelante. Mañana vendrá otra cosa, y, mientras el cuerpo aguante, seguiremos desangrando un territorio en el que los malos pretenden arrasar a los buenos y viceversa. Estar en medio de la pelea es complicado, pero es la única manera de verlo con un poco de objetividad y de realismo. Como en Don Quijote de la Mancha: una historia en la que la verdad surge del disparate, contada con la pluma clarividente de Cervantes.

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