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Elogio de la mentira

Por Julio Fajardo Sánchez
sábado 09 de noviembre de 2024, 21:08h

Los escritores también escribimos sobre política y, cuando lo hacemos, somos más fiables que los politólogos y que los periodistas a sueldo o fanatizados por su compromiso militante. Javier Cercas es un escritor que baja al ruedo de la opinión y suele acertar porque no se abraza a la defensa ciega de una simpatía que no oculta y que le gustaría expresar de otra manera. Hoy hace referencia, en su artículo, a que a la antipolítica se le gana con la verdad y condena el principio maquiavélico de que el fin justifica los medios, traducido hoy al de la necesidad hace virtud que nuestros políticos han puesto de moda en España.

Los asesores de Moncloa han puesto de moda lo desde el minuto uno, para hablar de la dana, igual que lo hicieron con nos hemos dejado la piel cuando el Covid. Lo cierto es que desde el minuto uno no han dejado de mentir y se han vestido con la piel del oso para hacernos ver que las cosas son de otra manera a como realmente son. Aquí mienten todos porque la mentira se ha convertido en el arma fundamental para conquistar y mantener el poder. Nunca había estado la verdad tan tirada por los suelos como ahora. Lo peor es que nadie se avergüenza y cada cual aplaude sus mentiras como el que lo hace con los penaltis simulados por los jugadores de su equipo.

Dice Cercas que si un juez condena al enemigo se comporta como un observador estricto de la justicia, pero si lo hace con un amigo es lawfare. No hace falta detenerse a ver si esta afirmación es o no cierta, porque forma parte del catecismo y del argumentario oficial de todas las militancias. Se miente delante de los muertos y de los vivos; se simulan agresiones inexistentes, se denuncian hechos falsos, y se ríen de los comportamientos ejemplares, como el de Antonio Costa, que dimitió a la menor sospecha de que un miembro de su Gobierno resultara imputado.

Con la mentira no se va muy lejos. Todo al final se acaba pagando. Me hace gracia que, junto al artículo de Javier Cercas, hoy El País publica un editorial diciéndole a Europa lo que tiene que hacer. Estamos buenos para que nos crean. Trump ha ganado las elecciones en EEUU y tenemos miedo porque tememos que vaya a hacer lo que en la campaña electoral ha dicho que iba a hacer. En España se ganan las elecciones diciendo que no se va a hacer lo que luego se hace. En este sentido, Trump es más verdad, a pesar de que su aspecto y sus palabras estrafalarias constituyan la imagen de lo que entendemos por antipolìtica.

Nuestro problema es que existen masas que han abrazado la práctica de la mentira como una más de las normalidades para seguir avanzando, sin darse cuenta de que esto supone hacerlo sobre un campo de minas. La mentira no puede ser la base de nada en la vida. La mentira y la apariencia. Estas son las armas del mundo prefabricado de la ficción. Apariencia de realidad, lo llaman. Se pone en marcha porque estos son los mecanismos que se utilizan para movilizar a los mensajes y a los relatos que nos obligan a preferir una cosa a la otra.

Menos mal que todavía queda algo de honradez, como la del director de Aena que desobedeció a Ábalos cuando le exigió que borrara las imágenes de las cámaras de seguridad del aeropuerto, el malhadado día en que vino Delcy con las maletas. Esto también lo dice Javier Cercas, resaltando que El País lo publicó escondiéndolo en una de sus páginas anónimas.

El País también lleva años siendo cómplice de la mentira. El País y tantos otros.

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