La investigación judicial a Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, ha puesto al Gobierno en una situación crítica. Desde hace meses, distintos ministros y ministras han insistido en que no existe "caso Begoña Gómez", argumentando que se trata de una persecución política impulsada por la derecha. Sin embargo, la reciente decisión de la Audiencia Provincial de Madrid desmiente esa narrativa oficial, completamente falsa y maniquea.
Al no estimar los recursos de la defensa de la mujer del presidente, que solicitaba el archivo de la causa, la Audiencia de Madrid ha confirmado la validez y procedencia de la instrucción que dirige el juez Peinado, brindando un espaldarazo a su labor judicial y desmintiendo las afirmaciones del Gobierno, incluyendo al ministro de Justicia, Félix Bolaños, entregados todos a la defensa de una ciudadana particular, por más que cónyuge de su jefe político.
Este revés judicial deja al Gobierno en una posición vulnerable. La ministra portavoz, Pilar Alegría, ha intentado minimizar el impacto de esta decisión, afirmando desde La Moncloa que el pronunciamiento judicial era un golpe contra el juez instructor. Esa interpretación carece de fundamento jurídico y representa una grosera tergiversación de los hechos. El Gobierno, que se ha presentado como abanderado en la lucha contra la desinformación, parece ahora promover una versión sesgada de la realidad, o algo mucho peor.
Mientras la investigación judicial continúa con el caso, el desgaste político es innegable
La investigación judicial por presunta corrupción de la esposa del presidente del Gobierno seguirá su curso, lo que compromete gravemente la credibilidad del Ejecutivo, expuesto a su propia fragilidad en la narrativa utilizada para atacar al juez Peinado, incluyendo una querella del presidente Sánchez por presunta prevaricación.
Lejos de ser un asunto menor, esta investigación afecta directamente al núcleo del poder político en España, y su evolución puede tener consecuencias imprevisibles para el futuro del Gobierno de Sánchez. Mientras la investigación judicial continúa con el caso, el desgaste político es innegable. Los intentos por controlar el relato mediático y desviar la atención pública, negando que haya caso que investigar, aunque no se han dado explicaciones ni siquiera ante el juez, no han logrado acallar las críticas, que irán en aumento, lo que apunta a un escenario cada vez más complejo para el presidente y su gabinete.
Es evidente que el Gobierno está manchado por la corrupción y que adolece de credibilidad.
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