El suceso ocurrió durante la tarde del domingo en horario local, cuando agentes del Servicio Secreto avistaron a un hombre oculto entre los arbustos, armado con un rifle AK-47. Éste se encontraba a una distancia de entre 300 y 500 metros del lugar donde Trump estaba jugando al golf.
Al percatarse de la presencia del individuo, las autoridades abrieron fuego, pero el hombre huyó rápidamente hacia una camioneta negra. Un testigo logró capturar la matrícula del vehículo, lo que permitió a las autoridades detener al sospechoso minutos más tarde en una carretera cercana.
El propio Trump ha lanzado un comunicado asegurando que no sufrió ningún daño: "Hubo disparos cerca de mí, pero antes de que los rumores comiencen a salirse de control, quiero que escuches esto primero: ¡ESTOY A SALVO Y BIEN!". Además, el exmandatario, que está compitiendo nuevamente por la presidencia, añadió: "Nada me detendrá. ¡NUNCA ME RENDIRÉ!".