El ministro Albares ha dicho algo que no entiendo. Asegura que el asilo político a Edmundo González Urrutia no responde a afinidades ideológicas sino a razones humanitarias y a la defensa de la democracia. ¿Quién le acusa de tener afinidades ideológicas y con quién? Aquí hay dos actores en juego: el dictador Maduro y la plataforma de oposición de María Corina Machado. ¿Con cuál de los dos estamos más cercanos ideológicamente? A Edmundo y a María Corina se les acusa de fascistas, tanto por Maduro como por Monedero y sus cuates, amén de sus colaterales en un movimiento de izquierdas internacional, con amigos tan señalados y heterogéneos como Putin, China, el gobierno de los ayatolas iraníes y otros sectores con escasa reputación democrática. Aquí cabe la frase inclusiva de los amigos de mis amigos son mis amigos. ¿Quién le reprocha al Gobierno de Sánchez tener afinidad ideológica con González Urrutia? Haciendo un descarte lógico no me queda más remedio que pensar que son sus amigos de Podemos. Sería demasiado rocambolesco que se refiera a la oposición.
En lo de las afinidades ideológicas, dejando por sentado que no se puede deducir otra interpretación posible, queda demostrada la existencia de un cierto complejo en el PSOE de ser adelantado por la izquierda en posicionamientos progresistas que pueden ser más afines con lo que queda de la revolución bolivariana. Hace tiempo que se habla de esto. Desde que Pedro Sánchez empezó a tomar dormidina después de su pacto con Iglesias.
La cuestión es por qué el señor ministro tiene necesidad de referirse a estos aspectos ideológicos. Albares es diplomático y se supone que mide bien sus palabras. No es Óscar Puente, así que cabe suponerle cierta intencionalidad a las cosas que dice. El País se deshace en justificaciones sobre que el asilo de Urrutia no supone un reconocimiento de Maduro. Tampoco es necesario, como no lo es hacer una guerra política con este asunto. ¿O es que de verdad hemos comprado el argumento de que la oposición venezolana es fascista? Sería conveniente recordar que los desplazados por Chávez y buena parte del grueso de los que lo enfrentan pertenecen a la Internacional Socialista. ¿Cuál es entonces la sospecha de afinidad ideológica de la que se acusa a Moncloa? Si ha habido contactos con el Gobierno bolivariano ha sido por las coincidencias con Zapatero, Delcy, Monedero, Iglesias, Bescansa, Errejón, etc. que en su día actuaron como asesores políticos de la revolución. Incluso Yolanda, inmediatamente después de las elecciones en el país hermano declaró que había que aceptar los resultados declarados por los órganos oficiales. ¿Son estos los que acusan a Albares de afinidad ideológica? Lo siento, pero no ha estado acertado el ministro. Como siempre nadando entre dos aguas, que es donde cazan los tiburones, manteniendo esa posición elástica de la indefinición, para no molestar ni a unos ni a otros; una tibieza que contrasta con la dureza con que se combate a lo que se encuentra en el lado contrario de la ideología. Perdonen que piense así, pero es que me las ponen como a Fernando VII.