Maduro adelanta la Navidad al 1 de octubre. No es un disparate de un loco sino la demostración de que con el poder puede hacer todo lo que le venga en gana. No parece una actitud propia del siglo XXI, de un mundo desarrollado que ha alcanzado niveles de madurez jamás vistos. Al contrario, es la prueba del retroceso que sufrimos, hundidos en un cubo de basura en el que el hombre, su libertad y su dignidad, han dejado de significar algo en un ambiente dominado por la ficción, por la digitalización y por las técnicas del control de las voluntades.
Si el jefe dice que la Navidad es el 1 de octubre todos lo aceptarán, porque si él lo dice sus razones tendrá. Además, hay que agradecerle que adelante la fecha, así podremos celebrarla antes de que se nos acabe el tiempo y se nos muestre más difícil la cosa. Yo ya no sé cómo escribir para que se me entienda. Maduro dice que todo esto lo hace en conmemoración de la gran victoria que ha tenido sobre los fascistas. Maduro no es el único que hace y dice estas cosas. Desgraciadamente abundan los personajes como él. Maduro es capaz de sacar un conejo de la chistera en el momento que más le abruman los problemas. Es un escapista mejor que Houdini y que Puigdemont. Maduro habla en nombre de Jesucristo diciendo que era palestino. Olvida el detalle de que, al que llamaban galileo, nació en Judea para así hacer que se cumpliera una profecía. Maduro es un ignorante que ha logrado someter a los ignorantes de uno de los pueblos más cultos de Hispanoamérica. El problema está en que se lo consienten.
Llevamos más de 20 años riéndole la gracia a esta persona incalificable. Yo, por ejemplo, vivo en un país donde una parte del Gobierno al que tengo que reconocer como legítimo está de acuerdo con sus despropósitos. Cuesta trabajo escribir sobre Maduro y que no se te escape una palabra mal sonante. El insulto y la descalificación pertenecen al predio de los que lo amparan, defienden y justifican. Porque Maduro, es de izquierdas. No sé si se habían dado cuenta. Y esto le salva. Maduro es de los nuestros. No es precisamente un demócrata, pero es de los nuestros. Qué sería de la democracia si no existiera la posibilidad de que gobernaran los hombres como Maduro y sus proyectos progresistas.
Maduro ordena a la fiscalía que detenga al opositor que le ganó en las urnas, y para celebrarlo y tener al pueblo contento adelanta las Navidades al 1 de octubre. Octubre es el mes de la Revolución, ¿recuerdan? Ahora sacarán al burrito sabanero para ir camino de Belén casi tres meses antes de que corresponda. No pasa nada. Él lo firma, el lo decreta desde su gigantesca tozudez, mientras los ciudadanos huyen despavoridos antes de que les corten el pescuezo. ¡Ay Maduro! América es así. Ya no sabemos dónde nació Jesús, ni cuándo. Hace años unos sandinistas aseguraron que lo había hecho en Palacagüina. Todavía nos quedan muchas cosa que ver. Sobre todo a mí, que me pongo a escribir sobre lo que no debo y luego me caen de golpe los reproches.
Si (
No(
