www.canariasdiario.com

Vengo porque me has llamado

Por Juan Pedro Rivero González
jueves 22 de agosto de 2024, 13:00h

A donde quiera que vayamos, si lo hacemos de una manera consciente, vamos respondiendo a una llamada. Nos llama la necesidad o el deseo de lo innecesario, nos llaman otras personas que apelan a nosotros o la necesidad que percibimos y nos hace tomar la decisión de ir. Siempre estamos siendo llamados por la otredad, sea esta personal o no; ella apela a nosotros. Nos evoca la realidad. Incluso cuando nos convencemos de asumir la vida como una opción personal, estamos asumiendo la gramática de la respuesta, asumimos la vida como vocación inevitablemente.

Estos días estoy en medio de una experiencia de peregrinación a un santuario mariano en Bosnia. Y sé que vengo porque me han llamado. Esa llamada grande que acontece en otras pequeñas llamadas que la hacen posible y dan sentido a nuestra decisión de ir. Seguro que en estas páginas podré compartir, a mi regreso, el motivo de la llamada. Por ahora solo vivo en la espectación de lo que pueda suceder. Y repito, como una letanía, lo que me sirve de título a este espacio compartido.

Hemos sido llamados a la vida sin que nos preguntáran si lo deseábamos. Y fuimos llamados en un tiempo y en un lugar que no elegimos. Otros han tenido la iniciativa de lo que a nosotros nos sucede. Ninguno decidió su idioma materno ni su físico, ni su temperamento. El porcentaje de opción es tán mínimo, si somos sinceros con las realidades concretas en la que habitamos, que inventarnos como fruto de una libertad autónoma es una clara falacia acientífica. Ser receptores de tanta realidad que nos precede se puede vivir conjugando el verbo agradecer o reclamándole a la otredad infinita su mal gusto y decisión. Pero por mucha rebelión que presentemos, aquí estamos, siendo y tomando conciencia de estar siendo llamados a esta existencia que nos ofrece un pequeño espacio de libertad que podemos ejercer. Y ya que no nos queda otra opción, mejor sumir la vida respondiendo a esta llamada a la existencia con los ojos bien abiertos.

Cuando el desarrollo profesional se realiza en la segunda o tercera opción posible porque las circunstancias o la nota así lo ocasionó, podemos vivir la amargura de la frustración o recrearnos creativamente respondiendo a lo que de suyo da de sí lo real. Nadie ha elegido a sus hijos en su peculiaridad, pero todos los han recibido como un regalo inesperado y extraordinario en los que poder mirarse y admirarse. Ser llamados a la paternidad o a la maternidad haciendo posible una familia de la que siempre recibimos más de lo que aportamos. Siempre podremos decir, y decirlo con verdad, que “vengo porque me has llamado”.

Esta es la causa profunda de la necesidad de vivir atentos a lo que nos rodea y con los ojos bien abiertos para no morir de aburrimiento. Porque, aunque nos hayan llamado de esta existencial manera, nosotros podemos responder o no con nuestra conciencia creativa, con nuestra libertad ejercida y ofrecida como don que acepta lo recibido. Asumir la vida como vocación es la raíz de ese barrunto teologal que nos ofrece a todos una otredad infinita que sí que asume la creación en lo concreto. Y cuando el barrunto se muestra cierto en la experiencia, nace el sentido de la vida y la vida vivida con sentido.

Aquí estoy, pues, porque me han llamado.

Juan Pedro Rivero González

Delegado de Cáritas diocesana de Tenerife

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios