www.canariasdiario.com

LLorando ausencias

Por Daniel Molini Dezotti
sábado 27 de julio de 2024, 11:03h
Desde hace unos años, por una de esas casualidades que nunca se agradecen lo suficiente, participo en un foro de antiguos compañeros de facultad. El reencuentro, digital, tras casi medio siglo de andares por lugares distintos, fue una fiesta.

Gracias a intercambios de letras conseguimos renovar afectos que, a pesar de lustros de silencios, permanecían intactos, y estallaron desnudando aspectos de unos y de otros que nadie conocía.

De tal forma aparecieron talentos sorprendentes, como el insospechado autor de himnos y temas musicales, o el poeta callado, dueño de una vida componiendo sonetos sin que nadie lo supiese, o el investigador de costumbres o culturas autóctonas, dando cuenta, todos, de vocaciones desmesuradas.

Hoy, uno de ellos me regaló un artículo, este que estoy a punto de escribir.

Lo supe nada más ver lo que exponía: “Cuando quiero volver a las fuentes, ¡qué belleza de canción! Carlos Lastra, Ramón Navarro, Oscar Valles, ¡fenómenos! El cuarto no me acuerdo.”

Mientras escuchaba el tema musical, gracias al vínculo que nos mandó, leía las opiniones de personas que habían accedido a esa página de YouTube antes que yo.

Aporté a mi amigo el cuarto nombre que le faltaba, no porque lo supiese, sino por el reflejo de un aporte apasionado. “¡Maravilla, no me canso de escucharlos. Los “Cantores de Quilla Huasi" y los integrantes de aquella época: Lastra, Palmer, Navarro y Cacho Valles en el recitado. Para mi gusto los mejores.”

Sin pretenderlo, me había sumado a una más de las 467.430 visualizaciones desde enero de 2013 de la obra de Buenaventura Luna “El Vallecito de Huaco”.

En la descripción que se hacía estaba don Buenaventura, nombre artístico de Eusebio de Jesús Dojorti, periodista, músico, compositor, poeta, libretista, conductor de radio y político argentino, nacido precisamente en Huaco, en la provincia de San Juan.

Un recitado inaugura la pieza: “Ya no está alegre mi valle, nublarse sus cielos vi y están marchitas las flores que enamorado le di. Y de aquel antiguo canto, del viejo río materno, no queda más que este llanto que va rodando, entre tanto, se hace más triste el invierno."

Luego las guitarras y las voces se visten de nostalgia: “Vallecito de Huaco donde nací / sombra del fuerte abuelo que ya se fue; / a tu molino viejo quiero volver / hoy que de amarga vida probé la hiel.
Lejos de ti, / de mi querencia, / pobre de mí, / me paso llorando ausencias, / me paso llorando ausencias.”

Me entretuve un buen rato leyendo referencias de todas partes, por supuesto de Argentina y países vecinos, también de América del Norte, Europa, y desde la mismísima isla de La Palma.

Todo un lujo en Internet, lugar donde lo habitual es que se amontone gente para odiarse o difundir el insulto más original, encontrar coincidencias que hermanan el gusto por una tierra, por sus valores, por la excelencia de notas musicales o sus estribillos.

Me llamaron la atención la cantidad de aportes, relacionados con el recuerdo de horizontes perdidos, la ausencia de seres queridas, evocaciones, todas, con sabor a lágrimas.

La mayoría de las historias, como no podía ser menos, conjugadas en primera persona.

“Soy uruguayo y para mí no habrá intérpretes y canciones como los "Quilla Huasi", los escucho desde los 8 años, antes con mi abuelo que ya no está y hoy yo con 60. Cada vez que escucho esta canción no puedo evitar un “lagrimón”. Gracias a quien corresponda por subirlo.”

Desde que era una niña cantamos este tema con mi papá, que acompañaba con la guitarra. Hoy mi padre tiene 78 años y yo 43 y la seguimos interpretando. Yo digo que es nuestra ...”

“Por Dios, la grabaron cuando yo iniciaba la secundaria, hace 50 años, y aún me sigue fascinando.”

“Era una niña cuando los "Quilla"alimentaban mis sueños adolescentes en mi Paysandú natal. Uruguay. Recitaba de memoria y en ese aspecto, Valles era mi referente, pero estaba " enamorada" de Lastra. Y ahora que los reencontré por la tecnología, sigo enamorada del maestro Lastra. Son voces bellísimas, armoniosamente conjugadas y las guitarras con su estilo. Tan útiles estos vídeos para mí, en ellos el transcurrir natural de la vida.”

Opiniones entrañables, de reconocimiento, de confesiones: “Estos temas cantaba mi viejo querido. ¡Cómo le gustaba el vino, las mujeres y la timba. Lo extraña mucho toda la familia. Al gran kitila.”

Con la sonrisa indulgente para el "gran kitila”, seguí leyendo denuncias, declaraciones de esperanza: “Lloro de nostalgia al oír esta canción, yo, emigrante argentino, que me fui huyendo del hambre en el verano pasado. Ojalá pueda volver un día a mi tierra Argentina.”

La música como vehículo para resaltar valores nunca perdidos: “La canción de cuna que me cantaba mi padre, hombre de ley, ¡cuanto te extraño papá!"

“El jueves 1/4/21 tuve la dicha de conocer Valle de Huaco, el viejo molino de trigo que don Carlos cuida como heredero y el bello algarrobo abuelo, todo el viaje motivado por la canción de Don Buenaventura Luna y los cantores de Quilla Huasi."

Y así, cantando, como hacía el grupo de amigos de la isla de La Palma, en un verano inolvidable de hace cincuenta años, se fue pasando el tiempo, dejando el recuerdo llorando ausencias, algo que sucede cuando se ha vivido bastante.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
1 comentarios