México tiene nueva presidenta. Se llama Claudia Sheinbaum y es descendiente de judíos. Fue anunciada en noviembre de 2023 por la portada de The Economist que nos mostraba, en su habitual mensaje en clave, los acontecimientos que tendrán lugar en 2024. Péguenle una ojeada y verán (aunque no sé si entenderán) otros vaticinios para este año.
El de la presidenta de origen judío en un país predominantemente católico (79%) ya es una realidad.
Una de sus primeras visitas que ha recibido Claudia ha sido la de responsables de Blackrock y se muestra muy entusiasmada, según su tuit, con el incremento de los proyectos de inversión de este fondo de inversión va a acometer en México.
The Economist es propiedad de la familia Rothschild junto a otras familias como Agnelli o Cadbury.
La nueva presidenta de México es hija de Carlos Sheinbaum Yoselevitz, judío askenazi que significa Alemania en hebreo medieval y hace referencia a la comunidad judía asentada en sus orígenes en la Europa Central y Oriental y hoy en día mayoritaria en Estados Unidos e Israel.
Otros judíos askenazíes ilustres son los Rothschild ¿van uniendo los puntos?
Si usted cree en las coincidencias verá este hecho como anecdótico. Si ve una causalidad, entenderá que vivimos en una simulación y todo, o casi todo, está programado.
Zelensky también es judío (el judío más influyente del mundo en 2022, según el diario israelí Jerusalem Post) y goza con el apoyo de los medios de comunicación occidentales. También aparece en la portada mencionada de The Economist.
Zelensky designó oficialmente a Blackrock como entidad asesora del Fondo de Desarrollo de Ucrania, encargada de la captación de capital para la reconstrucción de Ucrania tras la guerra.
¿Otra coincidencia?
Si piensa que estamos en una simulación y que todo está programado la pregunta es obvia ¿Qué pintamos la gente de a pie en todo esto? ¿Existe el libre albedrío?
Visto que apenas mostramos indignación ante los hechos y olvidamos fácilmente, podemos decir que no pintamos nada.
Acabamos de ver que nuestro gobierno ha aprobado una donación de 1.130 millones de euros en armas para Ucrania, evitando pasar por el Congreso porque, según afirman, se trata de un “memorándum de entendimiento” y no de “un tratado internacional” y no pasa nada. Se hace más ruido en las calles cuando el Madrid gana la Champions.
Me encanta el retorcimiento del lenguaje que hace este gobierno. Eso de hacer lo que me da la gana con el dinero de mis contribuyentes porque lo dice un “memorándum de entendimiento” es genial. No me digan que no.
Vivimos en una simulación de libertad pero lo cierto es que cada vez existen menos libertades y las que pensamos que son, no lo son. Pensamos que cada cuatro años somos nosotros quienes elegimos a nuestros gobernantes y que los de arriba velan por nuestra seguridad en todo momento y son incapaces de engañarnos.
Pues sí, querido lector, nos engañan con frecuencia para mantener el statu quo. Si nos dijeran la verdad nos espantaríamos. Algunas mentiras se las pillamos pero la mayoría no.
Esta semana hemos conocido varios de los engaños más flagrantes. Ambos se los comenté en esta columna de opinión en su día. Mi mérito no fue el ser adivino sino leer otras fuentes y pasarlo por el filtro de mi conciencia crítica.
Anthony Fauci, Director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, ha reconocido que las PCR no sirven para lo que nos dijeron que servían y por tanto sus resultados no justificaban el aislamiento social y cierre de negocios al que fuimos sometidos.
También hemos conocido que, tras haber afirmado que era una historia inventada por los rusos con el fin de distraer las elecciones que dieron a Biden el mandato, el FBI acaba de admitir que el portátil del hijo de Biden existe y, según un informe de 640 páginas elaborado por una entidad denominada “El grupo de investigación de la oposición para el pueblo estadounidense” (@MarcoPolo501c3) recoge 459 crímenes cometidos por algún miembro de la familia Biden. Recuerden que este caso hubiera influido de manera determinante en la elección de Joe Biden como presidente de Estados Unidos.
Ésta no la vi venir: A finales de mayo el ex presidente del Tribunal Supremo de Reino Unido afirmó que “la gente confió en los médicos y el gobierno para mantenerlos a salvo y esa confianza fue traicionada”, en relación con un caso de encubrimiento de años de tranfusiones de sangre contaminada, en ese país. Sangre contaminada que se trasfundía a sabiendas que estaba contaminada. Siga pensando que los de arriba velan por nosotros.
El primer paso para entender que vivimos en una simulación de libertad es adquirir conciencia de que casi nada es casual. Luego usted dirá si quiere la pastilla roja o la azul. Bienvenido a la Matrix.