Fue a comienzos del siglo XX, cuando la activista Anna Jarvis, comenzó a celebrar el segundo domingo de mayo, el día de la Madre, en EE. UU., pero como siempre lo que comenzó como una celebración para conmemorar el trabajo que su propia madre y otras mujeres hicieron en la guerra de secesión, terminó siendo un día comercial.
En Europa, fue el Papa Pío IX, quien, en 1854, instauró el día de la Madre el 8 de diciembre, la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, celebrando así el día de la Santísima madre de Jesús.
Años después también en España, adoptaríamos el mes de mayo, como en EE. UU., el día de la Madre, un día que acabó siendo comercial absolutamente.
No obstante, cada día lo celebra en diversas fechas, según las festividades de este, en honor a todas las madres del mundo.
El fin de este, simplemente era honrar el trabajo y el sacrificio de esas mujeres, madres, trabajadoras que sufrían y vivían por los demás, ayudando incondicionalmente a sus hijos y otras personas.
Pero como hacen siempre nuestros dirigentes, sean religiosos, políticos o económicos, terminamos haciendo de este día, un momento más para gastar dinero y mover la economía.
Día de la Madre, del Padre, del trabajador, de la mujer trabajadora…. así un sinfín de celebraciones que no sabemos por qué disfrutamos, pero que las absorbemos como días festivos en los que hacer regalos.
Una vez más, nuestros dirigentes hacen que cualquier rito se convierta en una celebración banal, algo que debería ocurrir todos los días, como es honrar a una madre, termina siendo un momento de derroche económico y de excusa para gastar dinero.
¿Por qué esperar al primer domingo de mayo para llevarle unas flores a mi madre?, ese día me cobrarán 5 veces más ese ramo de lo que me cobrarían de normal, pero todos, yo la primera, terminamos haciéndolo así.
¿Cuándo nos daremos cuenta de que hacer el bien, amar a los demás y ser solidarios debe de hacerse a diario y no en un día en concreto?
Todos los días son, el día de las mujeres trabajamos, de las madres que dan lo mejor, de los padres viven por y para sus hijos, del Amor…
Tal vez si dejáramos de celebrar fiestas de religiones que procesamos, de cosas que no hacemos y no somos, el mundo recobraría sentido.
¿Por qué si no eres religioso celebras el día de San José o de la Virgen María?, ¿para tener fiesta?, si no trabajas como debieras, ¿por qué celebrar el día de la mujer trabajadora?, si eres una persona que no sabes amar, ¿por qué celebrar san Valentín?
Si tuviéramos la capacidad de ser mejores madres, padres, amigos, personas, cada día del año, no deberíamos de celebrar algo que no tiene sentido, pues cada día una madre bueno, o un padre, lo son y no todas, ni todos son buenos padres. Cada día trabajas y no todas las mujeres son buenas trabajadoras, todos los días deberías de Amar incondicionalmente a tus amigos, parejas, compañeros y no todos los días lo hacemos.
¿Cómo cambiaría el mundo si aprendiéramos a sacrificarnos cada día por los que amamos sin esperar nada a cambio?
Pero eso no sería humano, ya que lo es crearnos expectativas continuas, hacer porque los demás hacen o para que hagan por mí.
Aprende a ser tu mejor versión cada día, sin esperar a que sea “El día de...”, sin querer que se te reconozca lo que haces, simplemente por el placer de ayudar y amar incondicionalmente.
Solo entonces las cosas cambiarán y dejaremos de ser personas egoístas esperando que a cambio hagan por nosotros, sacrificándonos por los demás, en espera a que el resto vean nuestro sacrificio.
¡Comienza cambiando tú y el mundo cambiará para ti!