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“¿Qué hacer cuando la caja se llena?” (2 de 3)

Por José Luis Azzollini García
lunes 19 de febrero de 2024, 06:00h

Para seguir con el tema de la migración irregular que toqué en mi anterior artículo, y ante la avalancha que no cesa, me he hecho la pregunta del título. Tirando de todos los símiles posibles, me resulta complicado tener clara alguna propuesta; y, por aquello de no venir a este foro con las manos vacías -me enseñaron que cuando se va de visita, siempre hay que llevar alguito-, se me ha ocurrido imaginar una caja donde voy metiendo mis recuerdos y cosas de utilidad -de esto entiendo bastante, porque ando metido en una mudanza y lo de hacer cajas, lo tengo fresquito-.

Como digo, preparas el lugar donde irás poniendo todo lo que para ti se convierte en imprescindible y comienzas a ir llenando el recipiente. Poco a poco el espacio se va completando, hasta alcanzar su capacidad máxima. ¿Qué se hace entonces? Pues preparas una nueva caja y sigues con el proceso de llenado. Cuando tienes todos los paquetes preparados y organizados, has de pensar en llevarlos al lugar que previamente has previsto para depositarlos. El espacio de almacenamiento, también habrá que haberlo ideado según la cantidad de bultos a ser transportados. También será imprescindible haber revisado la parte presupuestaria para pagar por el uso de dicho espacio. En caso de que algo no se haya tenido en cuenta, seguramente comportará algún contratiempo y merma económica. Si no les he cansado mucho -una mudanza cansa-, estarán de acuerdo conmigo en que he estado hablando de prevención, organización, distribución, transporte y reparto de espacios. Todo debe cuadrar, pues de no ser así: malo, malo.

Naturalmente, este artículo, como he dicho al principio, no va de bultos, a guardar en un almacén. Va de personas; con todo lo que ello tiene de humanidad, sensibilidad y tristeza. Pero ojo, aun siendo un tema humanitario todo lo que rodea a la migración, también entronca irremediablemente con cosas más mundanas que han de debatirse desde un punto de vista algo más cercano al cerebro que al corazón.

Siguiendo con el símil de la mudanza, me gustaría contemplar el tema migratorio desde el punto de vista de quienes acogen a tantísimos seres que arriesgan sus vidas para alcanzar la costa donde creen que está su salvación futura. En ese sentido y si se me permite, hablemos de Canarias: territorio donde existen ocho islotes poblados con gente que trata de sobrevivir con los recursos que la madre naturaleza les dio y a la que añaden el esfuerzo proveniente de su trabajo. Se trata de una gente de carácter abierto, heredado de sus antepasados y forjado según las mareas. Gente que conoce la migración como la que más. Gente que lucha día a día, sudor a sudor, para cubrir sus necesidades básicas. Gente, en definitiva, a la que no se le ha regalado nunca nada y que ahora necesita que nada, ni nadie, en nuestra Europa, le perturbe su modo de vida. Esta es la realidad más o menos sucinta que se vive en el lugar donde, la mafia y lo que no sea mafia, han decidido que sea el punto de llegada de los cayucos. He leído que en una región de gallega, un alcalde se ha negado a acoger a esta gente (www.20minutos.es). ¡Ah!, ¿pero eso se podía hacer? El caso es que cuando se habla de esa manera, siempre miramos hacia la derecha de cada uno de nosotros; pues es, en esa dirección, donde se nos dice que miremos cuando se trata de marcar la actitud a tener para con estos trashumantes. Pero, en el caso que menciono, viene desde el lado izquierdo de este País. ¿Tiene más importancia que venga desde este lado? Hombre, si tenemos en cuenta que si dices algo así, terminan enviándote, a eso que ahora tratan de acuñar como la “Fachosfera”, pues… Y, ojo, no son los únicos: Europa también se ha dicho que pagando, no habrá acogida. Ok, pero si ya han llegado, ¿qué?

Bien, pues en estas islas, para algunos paradisíacas, y para otros, hogar, no dejan de llegar barcazas repletas de gente, cuyo espíritu de supervivencia no entiende de negativas alcaldescas, ni de pagos Europeos. Esa gente, solo habla de sobrevivir a lo que les ha empujado a salir de sus países. Huyen de la miseria, de la nueva esclavitud y/o de las guerras de terratenientes que han ido adquiriendo tal condición por la fuerza de las armas. Armas que consiguen con el trueque por sus, también, riquezas naturales. Parecen estar claros, los motivos de su partida; claro está, también, que se les ha de recibir en algún sitio, salvo que se tenga el cuajo para dejar que mueran ahogados. Vale, todo eso está bien, pero ¿Qué se debe hacer cuando el territorio es el que es y se tienen los medios que se tienen? ¡En Canarias no caben todos! ¿Entonces?

En las islas Canarias, se vive, fundamentalmente del Turismo y al turista, no le agrada ver a gente deambulando de un lado para otro, como si estuvieran en eso que llaman “tercer mundo”. Ya existe Turismo en esos sitios y creo que no es precisamente un turismo de masa, como el que visita nuestras islas. A la propia gente del lugar, también le incomoda ver a esos grupos errantes sin otro cometido, que seguir caminando. No se trata de una cuestión estética. Hablo de realidades. Hablo de gente que pide para comer -lo he vivido personalmente- porque cuando al llegar, o posteriormente, se pierde la condición de menores, se les deja sin tanta cobertura. Necesitan dormir, asearse y otras cuestiones básicas de supervivencia -trabajo digno-. Si los Estamentos Públicos no se las proveen, tendrán de buscarla por sus propios medios. Y no nombro nada ilícito. Simplemente hablo de pedir. Se mueven hasta encontrar algo, aunque sea para obtener unos pocos de euros: aparcando coches, vendiendo su pulseritas, o cayendo en manos de los “mayoristas de pulseras” -que esa es otra- y convirtiendo los paseos peatonales de las costas, en los grandes almacenes del “todo a un módico precio”. Eso, queridos lectores, hace que el turismo nos pueda comparar con el tercer mundo. La prensa amarilla, lo podría aprovechar para desviar el turismo hacia otro lado. ¿Qué se hará cuando el Turismo deje de ver Canarias como el lugar tranquilo que se demanda? ¿Esperaremos a entonces?

Pues, a todo esto, es a lo que me quería referir cuando digo que la caja ya está llena y habrá que ir buscando otra cajita para poder atender a tanta gente. Canarias, puede y deberá asumir una parte, pero no todo. Nuestros políticos han de ponerse las pilas para comenzar a facilitar viajes a toda esta gente ¿Qué hacer si no se atiende a la petición de reparto de la migración por el resto de España y por toda Europa? ¿Sería una locura ilegal avituallarles y que sigan su rumbo? Ya lo hizo un alcalde años atrás; se montó la marimorena, pero alguien se puso al tajo y se encontraron soluciones. Cuando llegan a Canarias, tampoco se les espera y se exige que se les atienda. ¿Es una legalidad solo para cumplir por Canarias? Yo no creo que esté escrito en ninguna Ley, que sea solo Canarias quien se haga cargo de todo el contingente… ¿O, eso, si está en la Ley? El presidente de España acompañado de doña “Europa” ya han dado el paso, para frenar la llegada -solo la que sale de un punto de África-, pero… ¿Qué hacemos con los que están? ¿Quién se los echará al hombro, señor Presidente?

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