Sin margen de error, cabe catalogar de exitosa la presencia de Canarias en la Feria Internacional del Turismo que ha tenido lugar esta semana en Madrid. Representantes de las instituciones de las Islas y empresarios del sector pusieron énfasis en la espectacular recuperación de la llegada de visitantes a las Islas después de la pandemia.
No sería justo dejar de reconocer el apoyo público que el sector ha materializado durante el obligado cierre que se produjo como consecuencia de los efectos de la Covid-19. Más de mil millones de euros distribuyó el Gobierno de Canarias —de los fondos llegados desde Madrid— que supusieron un gran respiro para autónomos o pequeñas y medianas empresas. Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que muchas empresas se mantuvieron en pie gracias al apoyo público.
Las cifras oficiales de turistas llegados en 2023, presentadas en FITUR, nos sitúan en los números récord del año inmediatamente anterior a la pandemia, es decir, más de 16 millones de visitantes. Con muy buen criterio, tanto los principales representantes políticos como empresariales del sector huyeron del triunfalismo e incidieron en aquellas cosas en las que tenemos que seguir trabajando para mantener los niveles de competitividad que el sector turístico exige.
Se ha insistido mucho en la necesidad de que, siendo muy importante en número de visitantes que tengamos cada año, más importante es el gasto que haga en el destino. Sin duda el gasto está ligado a la calidad del producto que se les ofrece y éste a las condiciones de la planta alojativa y la calidad del servicio.
Con respecto a la planta alojativa y a la renovación de los espacios turísticos, los avances son evidentes aunque aún estamos muy lejos de la generalización de una cultura renovadora e innovadora, que apuntale una oferta de calidad y garantice la competitividad futura de la principal industria de la economía de las Islas.
La falta de mano de obra y los altos índices de absentismo fueron algunos de los temas más comentados durante el gran escaparate del turismo mundial celebrado en Madrid. Éstos son dos aspectos que pueden afectar gravemente a la calidad del servicio que les prestamos a nuestros visitantes. Será por la falta de viviendas para los trabajadores en las zonas turísticas; será por los bajos salarios; será porque después de la pandemia los trabajadores que retornaron a sus lugares de origen y no han regresado, o será porque hay una perversión con las ayudas públicas articuladas para ejercer de escudo social; sea por lo que sea estamos ante un auténtico problema que puede dañar la imagen del destino. Gobierno de Canarias, cabildos, ayuntamientos turísticos, empresarios y sindicatos, deben abrirse a una reflexión conjunta que permita de verdad conocer qué está pasando y qué soluciones darle.
No parece que la solución más lógica sea la de incentivar la llegada de más mano de obra foránea. Más trabajadores foráneos significa más gente en las Islas, más coches, más problemas de escolarización, más listas de espera sanitarias y más demanda de viviendas. El sentido común aconseja que se incentive el trabajo de la gente que ya vive en nuestro archipiélago. Es una oportunidad para apostar por un modelo de sociedad más activa en la que la superación y la mejora de su calidad de vida, sea un verdadero reto. Para ello, las ayudas hay que dirigirlas principalmente a aquellos que quieren trabajar.
Otro asunto que tuvo mucho eco durante la muestra turística celebrada en la capital del Estado fue el rechazo frontal de las administraciones canarias al incremento de las tasas aéreas que impulsa AENA. Con toda razón los cabildos y el gobierno de nuestra tierra se posicionan rotundamente en contra de encarecer el destino turístico que representa Canarias. Cualquier encarecimiento de los billetes aéreos es un golpe para los que vivimos aquí y para los que nos visitan. Sí la vía del sentido común no funciona, quizá sea el momento de emplear el mismo método que utiliza Puigdemont y los suyos: el chantaje al Gobierno de España con el voto de Cristina Valido en algún asunto relevante.