La crisis desatada en Oriente Medio tras el ataque terrorista perpetrado por milicianos palestinos de Hamás el pasado sábado, es una amenaza para la seguridad global que comienza a preocupar a la comunidad internacional por sus graves repercusiones. Un episodio bélico de esta naturaleza, en un lugar como Israel, conlleva por sí mismo un riesgo enorme de desestabilización de toda la región, con implicaciones en la seguridad, la economía, el comercio y el turismo de todo el planeta.
El conflicto entre Israel y Palestina afecta sensiblemente al turismo internacional, lo que genera una situación de incertidumbre que acaba impactando en toda la industria turística. Otros operadores turísticos como la Alianza para la Excelencia Turística Exceltur, apuntan a que la inestabilidad en la región podría redirigir a los turistas europeos a los destinos competidores de Oriente Medio, Egipto, Túnez o Turquía, como son Baleares, Canarias y otros destinos en el Mediterráneo occidental.
Sin embargo, hay otras consecuencias perniciosas derivadas de la guerra entre Israel y Hamás, como es el incremento del precio del petróleo y de las materias primas, lo cual repercutirá muy negativamente en las economías de todos los países, también de la eurozona. Cuando los precios de los hidrocarburos en España ya están por las nubes, lo que contribuye registrar una elevada tasa de inflación, la escalada en el conflicto en Oriente Medio puede agravar esta circunstancia, comprometiendo el crecimiento económico para este año, ya notablemente contenido si se compara con el año 2022.
Dejando a un lado la cuestión económica aparejada a todo proceso violento y de inestabilidad geopolítica, la sociedad española se ve conmocionada por las noticias que llegan desde Israel y desde la franja de Gaza. Las cifras de heridos y muertos van en aumento y la constatación de las atrocidades perpetradas por los milicianos de Hamás, con masacres que incluyen el asesinato de bebés en sus cunas en Kfar Aza, un kibutz cerca de Gaza, son aterradoras. La reacción anunciada por el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, presagia que las víctimas civiles seguirán en aumento, desgraciadamente, por lo que hay que esperar en que la diplomacia se abra paso para parar las hostilidades lo antes posible.