Estos días, en mi despacho, y ocurre así siempre después del verano, nos estamos encontrando con bastantes personas que deciden divorciarse de sus parejas y comenzar una nueva vida.
Cuando acuden a mí en busca de respuestas, siempre explico a mis clientas que esta es una decisión mucho más importante de lo que piensan, y que un divorcio supone separarte de toda una vida.
No nos separamos de una persona; nos divorciamos de la familia, de los amigos, del entorno, del hogar, y, en muchas ocasiones, de un estatus social que en mucho tiempo no volveremos a tener.
Así de claro es el tema, porque, queridos amigos lectores, un gran amigo mío decía: “Si quieres saber cómo es tu pareja realmente, ¡sepárate!”.
Esta es una gran verdad que solo los que hemos pasado por un divorcio podemos entender. Volver a empezar nunca es fácil, incluso aunque salgamos de un infierno. Aunque nuestra vida nos pareciera un calvario, el divorcio es complejo.
Será mucho más sencillo si no hay niños de por medio, porque no habrá tanto por repartir, no obstante, seguirá siguiendo complejo, porque, de igual manera, te separarás de la familia política, los amigos, el entorno social….
Un grupo llamado 'Ella baila sola' popularizó una canción que nos preguntaba "cómo repartimos los amigos, los recuerdos, de este amor..."
La letra de esta canción se la recomiendo a todas las personas con sentido del humor que van a comenzar un proceso de separación, porque cuenta en ella la realidad de un divorcio; porque, queridos amigos, los recuerdos, los afectos que se han producido en esos años de convivencia, no se pueden separar ni repartir.
Podemos romper fotos, separar las cosas materiales, pero los recuerdos siempre formarán parte de nuestra vida y perdemos la objetividad de saber dónde estamos. Incluso cuando pensamos que vamos a mejor, siempre nos quedará la duda de qué hacemos con esas emociones que afloran durante el duelo que, sí o sí, deberemos pasar.
Toda ruptura nos lleva a pasar por la pena, esa tristeza tan natural ante la pérdida de una vida que ya no volverá. Por eso, querido amigo lector, si estás pensando en separarte mientras lees este artículo, ¡piénsalo dos veces!. Una parte de ti morirá con esa relación, y jamás volverás a ser la misma persona que eras, lo quieras o no.
Tal vez, te conviertas en una mejor versión de ti mismo, o no. Lo que está claro es que en tu vida habrá un antes y un después, y nada volverá a ser como fue y tú tampoco serás la misma persona.
Pero si has decidido dar ese paso, o lo han decidido por ti, quiero que sepas que esto también pasará. Una mañana te levantarás y te habrás convertido en esa otra persona que ríe y llora por otras cosas, y mirarás con nostalgia, o tal vez no, a ese otro ser que no eres capaz de reconocer en el espejo.
No obstante, quiero que sepas que la vida está hecha de duelos, de pérdidas y de tristezas, pero también de alegrías, de experiencias inolvidables y de lecciones de vida que nos hacen volver a empezar una y otra vez.