Las empresas turísticas de La Palma atraviesan momentos muy delicados en esta etapa que se abre tras el cese de la erupción volcánica, debido a las bajísimas previsiones de ocupación para los meses de enero y febrero, que no alcanzan ni el 30%. En este sentido, Ashotel insiste en la necesidad de articular de forma inmediata ayudas directas a estas empresas para poder garantizar su supervivencia y alejarse del estrangulamiento financiero de un sector que, junto con la agricultura, supone el principal motor de la economía palmera.
La celeridad en la tramitación de esas ayudas directas es la clave si no se quiere generar un problema mayor al que ha provocado la pandemia y la erupción del volcán. El tejido de la isla está formado en su inmensa mayoría por micropymes que no tienen la capacidad financiera de empresas de mayor tamaño, por lo que urge acelerar la gestión de inyecciones de capital inmediatas.
“Ya ha pasado el volcán y el tiempo de las fotos; ahora toca pico y pala y todas esas ayudas prometidas que se articulen a gran velocidad, pues ni las personas ni las empresas pueden esperar más”, comenta el vicepresidente de Ashotel en La Palma, Carlos García, quien recuerda que “en marzo hará dos años de esta crisis pandémica, en los que solo hemos contabilizado dos meses con resultados positivos”.
La afección a la isla es total, no solo al municipio de Los Llanos de Aridane, por lo que Ashotel entiende que la respuesta también debe ser global. Se ha visto afectada una de las zonas de mayor riqueza de la isla, tanto agrícola como turística, por lo que la reconstrucción debe ser general.
Carlos García recuerda que en la isla “ya se venía pidiendo a las autoridades, incluso semanas antes de que finalizara el proceso eruptivo, que se planificara la reconstrucción económica de la isla; sabíamos que esta etapa de la reconstrucción va a ser larga y costosa, pero muchas empresas no pueden esperar siquiera a esa reconstrucción si no cuentan con ayudas directas que les permitan sobrevivir varios meses”.