El triatleta Mario Mola fue el mejor español al acabar en décima posición la prueba celebrada en el Parque Marino de Odaiba. Pese a que la intención del de Calvià era luchar por las medallas, el esfuerzo realizado en el sector de bicicleta pasó factura a Mario Mola, quien en carrera no pudo remontar lo suficiente y se tuvo que conformar con esa décima posición
Mola finalizó a un minuto y nueve segundos del noruego Kristian Blummenfelt, quien se proclamó este lunes nuevo campeón olímpico de triatlón, al cubrir el recorrido, de 1.500 metros a nado, cuarenta kilómetros en bicicleta y diez más de carrera a pie, en una hora, 45 minutos y cuatro segundos; de esta forma se adjudicó la durísima prueba, marcada por el gran calor y la elevada humedad, por delante del británico Alex Yee -a once segundos-, que capturó la plata; y del neozelandés Hayden Wilde, que entró a veinte segundos y se colgó al pecho la medalla de bronce.
El mallorquín aseguró que los españoles pagaron "la natación y el trabajo de 20 kilómetros para alcanzar la cabeza" y se declaró "satisfecho por no haber tirado la toalla" antes de concluir: "Son los Juegos". "Hemos pagado un poquito la natación y el trabajo que hemos tenido que hacer durante 20 km para alcanzar la cabeza. He intentado pelear cada puesto y es lo que he podido dar el día de hoy. Satisfecho con no haber tirado la toalla. Son los Juegos", declaró el triatleta balear, triple campeón del mundo.
España deberá seguir esperando para sumar la segunda medalla olímpica de su historia en triatlón, después de la plata de Gómez Noya en Londres 2012. Un mal inicio en el segmento de natación y las durísimas condiciones de calor y humedad liquidaron las opciones de la 'Triarmada' en la capital nipona.
Después de una salida nula, en la que la mitad de los participantes nadó en falso bastantes metros desperdiciando unas fuerzas muy necesarias, arrancó el triatlón olímpico a las 6.30 hora local, un madrugón a duras penas pudo amortiguar la temida dureza de la competición. Con el agua a 30 grados, los tres españoles -Mola, Noya y Alarza-, que compitieron casi siempre juntos, se rezagaron 40 segundos después de los 1.500 metros de natación y fueron siempre a remolque. Ante esta situación, tuvieron que hacer un enorme esfuerzo en los 40 kilómetros de ciclismo que acabaron pagando viendo cómo se alejaban las medallas.
A mitad del segmento de bicicleta, Mola, Gómez Noya y Alarza lograron enjuagar toda su desventaja y reengancharse al grupo de cabeza, mientras que aventureros como el luxemburgués Stefan Zachaus y el suizo Andrea Salvisberg infructuosas escapadas en solitario. Finalmente, unos 35 triatletas llegaron bastante agrupados a la última transición, donde los españoles volvieron a perder tiempo y Mola salió el mejor en vigésimo segunda posición.