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Más perdida que un pulpo en una biblioteca

miércoles 21 de octubre de 2015, 14:54h
terryLa lealtad en la casa de Gran Hermano brilla por su ausencia. Desde que abandonó la casa Enrique, el líder del grupo de la biblioteca, la convivencia se ha desmoronado por completo; el que parecía ser el “supergrupo” de esta edición se ha quedado en un mero reflejo de lo que podía haber sido. Como ya comentaba en el post anterior, lo de estar en el grupo mayoritario es un arma de doble filo, como está pasando en esta ocasión, dividiéndose en subgrupos.

Está Ivy, en el punto de mira de prácticamente toda la casa, junto a su marido Carlos. La que era su amiga, Carolina, decidió desvincularse de Ivy al salir nominado e ir buscándose un huequito en cualquier otro lado, pero está más perdida que un pulpo en una "biblioteca"; tiene un miedo atroz a salir nominada porque creo que piensa (y piensa bien) que en cuanto esté en la palestra se ira pa’ su casa.

Si alguien que lea esto encuentra un solo argumento por el cual esta chica debe permanecer en la casa yo me retiro. De ella sabemos que ve espíritus en los espejos… Está claro que esta edición ha roto los esquemas en varios aspectos y uno de ellos es el récord absoluto de muebles de Ikea que se ha presentado este año.

Cambiando de tercio, Sofía vuelve al ataque tras dos semanas en un segundo plano. Ella no se da por vencida, y la lucha interna que mantiene con su ego no le permite dejar escapar al que pudo haber sido su gran amor, Suso, el hombre más deseado de esta edición, y que parece estar más receptivo ahora que su amada Raquel esta fuera de la casa. Todo indicaba que una puerta quedaba abierta, y, aunque todavía estamos en el proceso, me apuesto lo que sea a que al final Suso caerá en los brazos de una Sofía caprichosa que no acepta ser rechazada y menos si hay un tío de por medio. Habrá que ver hasta cuando aguantará Suso. Aquí estaremos para contarlo. Muchos besos!!
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