Más de 60.000 griegos tienen abiertas cuentas bancarias en la vecina Bulgaria para evitar así las restricciones a la retirada de efectivo impuestas por las autoridades del país mediterráneo.
Los griegos solo tienen que cruzar la frontera hasta localidades como Petrich y Sandanski, a 10 y 20 kilómetros respectivamente de la frontera, y acudir a una sucursal local.