No sorprende que el Ejército español vaya a instalar una base de drones militares en Lanzarote; al fin y al cabo, junto al resto del Archipiélago la isla conejera está en una situación geoestratégica clave para la seguridad de nuestra área geográfica. Ahora bien, tampoco es fácil conciliar los instrumentos logísticos necesarios para proteger a las Islas de las amenazas derivadas de nuestra posición con el deseo mayoritariamente expresado por el pueblo canario de ser territorio de paz y no en plataforma u objetivo militar.
Sí sorprende que la noticia difundida por los medios de comunicación no haya tenido ninguna reacción por parte de las autoridades canarias ni por los representantes políticos, empresariales y sociales de Lanzarote. Evidentemente, una decisión de esta naturaleza tiene suficiente calado para despertar el interés de las instituciones o los partidos políticos y propiciar un debate responsable, sereno y transparente.
La noticia filtrada a los medios de comunicación avanza que Lanzarote albergará en los próximos meses la base secundaria de cuatro drones de última generación Predator B del Ejército del Aire, que tendrá como misión la vigilancia de las zonas del Sahel y el Magread (Mauritania, Senegal, Malí, Marruecos). Según las informaciones difundidas, lo que hace diferente a estos aviones-drones es su capacidad para operar vía satélite, pudiendo ser utilizados en el seguimiento estratégico en las áreas de interés de inteligencia, vigilancia y seguridad marítima y defensa, así como en operaciones aéreas.
Este apoyo, según la información filtrada, incluye, por ejemplo, la observación de situaciones como crisis humanitarias, vigilancia y control de fronteras, inmigración, prevención de incendios y lucha contra el terrorismo y el crimen organizado. Contrasta el silencio y el nulo interés mostrado hasta ahora por los partidos políticos y las instituciones canarias con los intensos debates que se produjeron entorno al campo de tiro de Pájara, la instalación de antenas militares en la Montaña de la Muda (Fuerteventura) o la Lanzadera de El Hierro.
La contestación a la no antenización militar de La Montaña de La Muda fue dura e intensa. Las asociaciones empresariales majoreras la rechazaban con contundencia por ser incompatibles no solo con la industria turística sino con la declaración de Reserva de la Biosfera de la Isla. El presidente de la Cámara de Comercio de Fuerteventura, Antonio Rodriguez Marichal, consideró en aquel momento que la infraestructuras, dotada de alta tecnología, suponía un riesgo para la Isla --convirtiéndola en objetivo militar ante cualquier conflicto bélico, señaló Rodríguez Marichal en aquellos días--.
El oscurantismo, la desinformación interesada y la falta de transparencia abortó el proyecto del Ejército español de instalar un radar de seguimiento aéreo en Malpaso (El Hierro). Coincidiendo con el aplastante NO de Canarias a ingresar en la OTAN, Aviación Civil solicitaba al Ayuntamiento de Frontera un espacio en lo alto de Malpaso para colocar un VOR que sirviera de ayuda a la navegación aérea. Nada sospechoso, inicialmente, hasta que, nada más dar el visto bueno el Consistorio de Frontera,el Ministerio de Defensa solicitaba 70.000 m2 para instalar, donde iba a ir el VOR, una Base de Seguimiento Aeroespacial del Ejército del Aire. El pueblo herreño y sus corporaciones se sintieron engañados y respondieron con un NO rotundo a la instalación de la conocida como Lanzadera. El pueblo volvió a movilizarse, entre otras iniciativas con el Barco por la Paz que desplazó a más de mil herreños a una gran manifestación en Tenerife, bajo el lema: “ Ni Lanzadera Ni Radar. El Hierro Para la Paz”.
En algún momento, alguna institución, algún partido o alguna organización ciudadana deberán interesarse por el proyecto de la instalación de cuatro drones de última generación en Lanzarote y abrir un debate que, sin duda, dará luz y transparencia al mismo. Mejor pronto que tarde. El silencio no parece que sea la mejor herramienta ante una iniciativa de este tipo, la sociedad de las Islas y especialmente la de Lanzarote merecen una explicación clara y completa.