Difundir imágenes sexuales sin constenimiento es un delito. "Es como si entran en nuestro domicilio y nos graban con una cámara oculta". Cuando se trata de una menor pueden sumarse otras pena por distribución y tenencia de pornografía infantil. Es la situación a la que se enfrentan cuatro canteranos del Real Madrid. La Policía considera "indispensable" el aviso y la denuncia- seamos o no la víctima- para poder paralizar la difusión de las imágenes.
Asimismo, cabe destacar que, ante estos casos, la Fiscalía puede actuar de oficio y no hace falta una denuncia para proceder a investigar los hechos.
SI REENVIAS O LO GUARDAS, ERES CÓMPLICE
La Policía advierte de los riesgos y pide precaución: "Si recibimos un vídeo que se ha difundido sin autorización de la persona y lo volvemos a mandar a terceros, estaríamos incurriendo también en un delito". Lo que hay que hacer en estos casos es, preferiblemente, denunciar los hechos ante la Policía y borrar el contenido. ¿Por qué? La Policía necesita una evidencia técnica para poder ir contra aquella persona que nos ha enviado el vídeo y, además, nunca debemos quedarnos un vídeo porque "si hay constancia y finalmente se demuestra que está en nuestro teléfono, podemos acabar detenidos".
Es decir; el vídeo que nos llega es en sí mismo una prueba. Si no comunicamos los hechos y el vídeo es de un menor, estamos cometiendo además un delito de posesión de pornografía infantil.
EL PELIGRO DE TENER IMÁGENES SEXUALES EN EL MÓVIL
Hacerse y almacenar imágenes propias de contenido sexual en el teléfono puede acarrear consecuencias indeseadas y muy peligrosas. Ya sea porque las guardamos y acaba en manos de otra persona que hace de ella un uso ilícito, como en el caso de jóvenes y menores, que conlleva en muchas ocasiones al ciberbullyng en los colegios, o incluso algo peor: que el contenido acabe en redes de pedofilia en internet.
Los adultos no están exentos de este peligro, y es que, además, mediante esas imágenes podemos acabar siendo víctimas de extorsión: "Tengo fotos tuyas y si no me pagas las difundiré". Cuando se consigue una foto de una menor de contenido sexual, también es habitual que el chantaje sea solicitando a cambio más imágenes.