Esta palabra de origen japonés se ha puesto de moda durante los últimos años.
Su traducción es “La razón de vivir”, saber cuál es la razón por la que vivimos.
Cuando estamos pasando un mal momento pensamos que nuestra vida no tiene sentido y no encontramos una razón para vivir.
Esto nos puede ocurrir cuando sufrimos una grave enfermedad, un duro divorcio, una ruina económica o cualquier razón en la que sentimos que nuestra existencia no tiene sentido.
Pero esto nos ocurre porque no somos capaces de vivir el momento presente, porque nos obsesionamos con la muerte o con la enfermedad, con lo que no tenemos, en lugar de centrarnos en lo que si tenemos.
En término general, cuando llegamos a un momento en el que nos desesperamos es por 3 razones.
En primer lugar, porque nos obsesionamos con la falta de amor, nos encontramos solos o que nuestra vida no tiene valor para nadie.
En ocasiones las decisiones que hemos tomado en la vida, nos llevan a estar totalmente solos, o no nos sentimos amados por las personas que nos rodean y eso nos hace sentir que nuestra vida no tiene sentido.
La segunda razón con la que nos encontramos es porque pensamos que ya no nos queda mucho tiempo, porque estemos sufriendo una enfermedad o seamos mayores.
Y la tercera causa es el miedo a la muerte, un temor al que muchas personas no se quieren confrontar.
No obstante, estas tres razones que pueden llevarnos a la desesperación, también se pueden solventar ya que, el amor comienza con el Amor que tú eres capaz de dar a los demás.
Pregúntate cómo podrías ayudar tu a tu sociedad, en tu entorno, a tus seres queridos.
En segundo lugar, comienza a vivir y disfrutar desde el presente sin pensar que tienes fecha de caducidad, ya que esta no solo está en tu cuerpo, sino que mayormente está en tu cerebro y además está muy unida a la tercera, el miedo a la muerte.
Si te haces consciente de que la muerte solo es cambiar de estado, que pasamos a otro estado que posiblemente será más maravilloso que este, ese miedo se disipará.
Pero para ello, debemos tener claro que necesitaremos a alguien que nos enseñe a cambiar la forma de ver el mundo y de pensar, ya que nuestra sociedad nos ha enseñado que esto no es así.
Si tenemos fe en que otra forma de vivir es posible, que somos energía y que simplemente modificamos nuestro estado al morir, nuestra vida será mucho más sencilla.
Preparémonos para los tiempos difíciles, disfrutando cada momento, cuidando nuestra salud y sobre todo teniendo una fe clara en que no morimos, sino que cambiamos a un estado más pleno y que todas estas preocupaciones no tendrán sentido.
Pregúntate qué sentido tiene tu vida, si vegetas o vives y si tu respuesta es vegeto, cambia esa realidad intentando dar Amor a todos los seres que te rodean.
Tu sentido de vida será ser un modelo de vida para los demás y para ello no hace falta que hagas grandes cosas, aprende a dar Amor en tu entorno y a ser una persona con luz que deje huella allí por donde pase.