El sector naval de Canarias coge fuerza y factura 90 millones al año
martes 24 de septiembre de 2019, 13:44h
El sector naval de Canarias goza de muy buena salud y recupera el brío de los años previos a la crisis del sector offshore, cuando la caída del precio del crudo paralizó miles de plataformas petrolíferas en todo el mundo y los gigantes artefactos dejaron de llegar día sí y día también a repararse a La Luz
Los dos astilleros que hay en las islas -Astican y Zamakona (Repnaval)- ejecutan cada año más de 300 reparaciones que se traducen en una facturación superior a los 90 millones de euros. Además de trabajos en el sector offshore, que se ha recuperado en los últimos dos años y sigue en tendencia creciente gracias al cierre de contratos de las plataformas, el grueso de actividad de los astilleros de las islas lo acaparan buques mercantes, barcos de pasaje y ferris y pesqueros, entre otros. El tirón de la actividad es tal que en muchos momentos los astilleros canarios se encuentran al cien por cien de ocupación.
El crecimiento anual del sector naval de las islas ronda un 4% y las previsiones es que se mantenga en los próximos dos ejercicios, según indican fuentes de Pymar, sociedad que agrupa a la totalidad de los astilleros privados de España. Forman parte de Pymar los Astilleros Canarios, Vulcano, Francisco Cardama, José Valiña, Nodosa, Metalships¬Docks, Freire, Hijos de J. Barreras, Gondán, Astilleros Armón-Vigo, Armón, Armón Gijón, Murueta, Astilleros de Mallorca, de Santander, de Zamakona, Balenciaga, La Naval y Zamakona-Pasaia. Los canarios, Astican y Zamakona, así como los de Baleares están especializados en reparaciones navales mientras que los restantes construyen y reparan.
El éxito de los astilleros de las islas no solo estriba en su estratégica ubicación. «Eso influye pero se lo han ganado con mucho trabajo y esfuerzo», indican fuentes de Pymar, que destacan como valores del sector naval de las islas su capacitación técnica y tecnológica -que les permite atender trabajos de toda índole-, su calidad y, muy importante, su fiabilidad al cumplir los plazos en la ejecución de los trabajos.
Sin duda, el que los astilleros canarios se ubiquen a 90 kilómetros de la costa africana, a 1.940 millas náuticas de la principal reserva de petróleo de África occidental (el mar de Nigeria) y a 3.200 millas náuticas de la segunda más importante, las aguas de Angola, ayuda a que sean referente para muchos armadores que quieren realizar trabajos de mantenimiento y reparación. Pero no es el único factor que influye al elegirlos.
Los reducidos plazos de ejecución de las reparaciones y que oscilan de media entre los 70 y los 90 días, pesan y mucho a la hora de elegir a los astilleros canarios. No hay que olvidar que la inoperatividad de un buque durante su reparación o mantenimiento unido a la desaparición de ingresos por su inactividad suponen miles de euros a los armadores. Calidad y rapidez son factores que pesan mucho en un sector donde la competencia es «feroz», según señalan fuentes de Pymar.
«El negocio parece que viene solo pero el entorno es muy competitivo», se apunta desde Pymar, que destaca la capacidad de los astilleros canarios para adaptarse a la realidad del mercado y seguir creciendo. «Cayó el offshore y ellos han tenido flexibilidad suficiente para reinventarse», concluyen. El mayor número de los encargos de Canarias son de origen extranjero. El 36,5% del tonelaje mundial es propiedad de armadores de los países de la UE28+Noruega.
Su modelo de negocio, flexible y apoyado en industrias auxiliares, garantiza su eficiencia
El modelo de negocio flexible que caracteriza hoy a las empresas del sector naval español, tanto en lo que se refiere a construcción de buques como en reparaciones navales, es una de las razones de su éxito.
Los astilleros españoles cuentan con plantillas adaptadas a sus capacidades y luego se apoyan en una amplia industria auxiliar para acometer los trabajos que les llegan y que requieren de mucha especialización. «Es lo que llamamos el efecto tractor sobre la industria auxiliar y que caracteriza al sector naval», indican fuentes de Pymar. Esto supone que mientras que los astilleros pueden emplear de forma directa a 100 ó 150 trabajadores «el efecto multiplicador» llegue hasta los 1.000 trabajadores con la industria auxiliar. A estos habría que sumar los indirectos.
«El astillero no tiene capacidad física para tener más trabajadores. Sería ineficiente y le llevaría a la quiebra. Lo que es eficiente es que haya un taller de industria auxiliar que se especialice en un tipo de servicio. Él sabe que va a tener del astillero un negocio recurrente y fiable y además, con su plantilla fija, puede dedicarse a otra actividad industrial fuera del astillero», explican estas fuentes.
La falta de trabajadores cualificados y con elevado nivel de inglés es uno de los problemas con los que se topa el sector naval de Canarias. Desde Pymar se trabaja para solventarlo.