La mayor caída del desempleo se ha producido en el sector servicios, en cuyas ramas de actividad se encuentra el mayor número de fijos discontinuos, y que no ha dejado de crecer desde enero de este año. La época estival es tradicionalmente buena para el empleo, en especial para la hostelería, que este año ha empezado a incorporar personal desde mayo. La escasez de trabajadores preparados para este puesto ha obligado a los empresarios a anticiparse, para asegurar la plantilla antes de que llegue el aluvión de turistas, lo que explicaría la brecha entre los contratos firmados en junio (5.561 contratos nuevos), y las personas efectivamente incorporadas a puestos de trabajo (2.533 desempleados menos), en comparación con mayo de 2023.
Si analizamos los contratos, vemos como en el mes de junio se hicieron 5.561 más que en mayo, un 10,82%, mientras los cotizantes a la seguridad social tan sólo aumentaron en 657 (0,07%), lo que nos está dejando ver una mayor rotación.
Por lo anterior, debemos aplicar prudencia ante los indicios de desaceleración económica, elevada inflación, recesión técnica de la UE, controles fiscales de deuda y cumplimiento de déficit en 2024. Todo ello apunta a la necesidad de apostar por la puesta en marcha de medidas que fomenten la inversión y la contratación, unido a la desburocratización como medida incentivadora.