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El fútbol ante el juez

lunes 16 de marzo de 2015, 11:08h
Levanta pasiones el fútbol. Deporte rey por excelencia. Orgullo patrio y del presidente Rajoy.

Qué grande nuestro fútbol, nuestra selección, nuestra “roja”. Hemos pasado de lucir el rojo en la equipación a enrojecer de vergüenza.

El fútbol español ya está en los juzgados. El deporte que engradece al país, a la par que predica los mejores valores, luce ahora imputado y ante el juez.

Desde los presidentes Rosell y Bartomeu del Barcelona, con problemillas para explicar el contrato de Neymar, hasta Del Nido, que ya pernocta en una cárcel sevillana desde hace tiempo.

Del Osasuna ha salido un expresidente imputado y encarcelado por malversación de fondos. Se suman otros directivos y jugadores desde diferentes clubs por amañar partidos. O sea, por tramposos. Nada suena peor que un tramposo en el deporte.

Messi también se las ve con Hacienda. Imagino la felicidad de Montoro.

Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, implicado en un feo asuntillo sobre un ático en Marbella. Hasta Florentino Pérez, algo así como el dios del fútbol en la tierra, declara en la trama “Púnica”. Será verdad la leyenda urbana que cuenta que en el palco principal del Real Madrid es donde se cuecen los mejores negocios.

El Mallorca tampoco se libra, algunos de sus directivos de diferentes épocas, también saben donde están los juzgados.

Siempre hubo chanchullos y sinvergüenzas, por supuesto. Recordamos a los señores Ruiz de Lopera y a Jesús Gil. Las trampas en el deporte eran hechos de garrulos, de zafios, jamás de señores. Ahora andan todos en el mismo fango, seguramente porqué la ambición mal entendida y la delincuencia ya alcanza a muchos.

No generalizo porqué en el deporte se lucha mucho y honradamente. Se trabaja el esfuerzo y la pasión. Casi siempre con pocos medios, sin ayudas. Apoyándose en los verdaderos valores del deportista: esfuerzo, entrega, compañerismo, respeto.

Algunos, cómo estos señores, sentados en tribunas de dirección y de poder, hacen del deporte un negocio sucio para su enriquecimiento personal. Eso merece un castigo. Merece cómo mínimo, retirarles el respeto. No pueden representar a un club, a sus jugadores, a socios y seguidores. Son indignos de tal cosa.

El deporte base es una baza en la educación de nuestros hijos. Los deportistas son un espejo donde mirarse. Aqui entran responsabilidades.

Del “somos los mejores” … ¿ dónde acabaremos?.
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