El día de la marmota

En las Islas Canarias comenzaron las prospecciones petrolíferas. Es una mala noticia por partida doble. Es mala por el hecho en sí mismo -a pesar de que el Ministro Soria afirme que el daño para el medio ambiente es mínimo-, y también lo es porque demuestra que estamos muy lejos de ver una apuesta institucional decidida a favor de la implantación de las energías renovables. Una vez más, el estado se nos muestra como un formidable Leviatán que no es capaz de invertir su propia tendencia.

Este fin de semana se decidió el campeonato de Fórmula 1 en Abu Dabi, pero más que el dominio de Hamilton, lo que llamaba la atención eran las fastuosas instalaciones del Yas Marina. No extraña porque, como enclave petrolífero, las entradas de divisas en el emirato son astronómicas. ¡Eso sí que es estar montado en el petrodólar!

Sin embargo, la mayor proporción del precio que pagamos los españolitos por litro de gasolina va a parar a las arcas del estado vía impuestos. El temor a una bancarrota estatal impide un paso adelante hacia un futuro ambiental y socialmente más sostenible. Una vez más, la realidad impide la realización de los anhelos y nos impide ver más allá.

En un estado donde su economía se fundamenta en gran medida en el turismo, se tiene que tener como máxima prioridad trabajar sobre la imagen que se proyecta. Afortunadamente, en las Illes Balears ha habido un frente común institucional, empresarial y social para dejar claro que si vivimos del turismo no nos podemos permitir sacrificar nuestras aguas para ahogarnos en nuestro propio veneno.

Ello no nos debe hacer obviar la realidad, y es que no divisamos un futuro energético fuera de un recurso escaso y finito. Al final los días se van sucediendo y todos los pasos que observamos van en la misma dirección, y es hacer de la máxima de Tomasso di Lampedusa “Que todo cambie para que todo siga igual” un lei motiv.

Quizás por ello, no extraña que de cada vez más los dos grandes partidos estatales aboguen por un posible gobierno de coalición para evitar que Podemos se haga con el poder. Resumiendo, ante la opción de que entre un partido de corte comunista para sacudir todos los pilares del estado, PP y PSOE están dispuestos a aliarse para hacer posible eso, que todo siga igual.

Todo en conjunto nos sitúa en el día de la Marmota.