La secretaria de Empleo y Cualificación profesional de CCOO, Lola Santillana, ha valorado los datos positivos del mercado laboral en abril, ya que desciende el paro registrado y aumenta la afiliación, pero señala que "se mantienen tanto la brecha de género como la baja calidad de la contratación y el empleo generado"
En abril sube el empleo en 186.785 personas, se alcanzan los 19.230.362 afiliados a la Seguridad Social y el paro baja en 91.518 personas. La semana santa ha caído este año en abril, lo que ha impulsado la creación de empleo y la bajada del paro, aunque no tanto como hubiera podido esperarse.
La contratación temporal, por otro lado, supone 9 de cada 10 contratos firmados, y la rotación laboral está en máximos, afectando tanto a la contratación temporal como a la indefinida. Se firman muchos contratos de muy corta duración, que apenas se traducen en empleo. En 2018 el 38% de los contratos firmados tenía una duración inferior a 1 mes.
La rotación y la precariedad no son exclusivas de la contratación temporal, y tras la reforma laboral de 2012 la contratación indefinida se ha precarizado y cada vez sirve menos para acceder a un empleo estable. Al cierre de 2018 solo se mantenían el 63% de los contratos indefinidos firmados en 2018 y el 50% de los firmados en 2017.
Por ello, Lola Santillana, destaca que "los datos conocidos hoy son buenos, pero con matices, ya que ahondan en los problemas de este país: la temporalidad y el empleo precario. El nuevo gobierno tiene que asumir el grave problema del paro y buscar una solución, pues el país prosperará si lo hacen los trabajadores y trabajadoras, no solo si ni aumentan los beneficios de las empresas".
Persiste la feminización del paro: 6 de cada 10 personas en paro son mujeres. Asimismo, la tasa bruta de cobertura de las mujeres se sitúa en marzo en el 55,3%, 10 puntos por debajo de la de los hombres (65,5%).
La responsable de Empleo insiste en que CCOO tiene propuestas para acabar con esta situación, que van desde un plan específico para parados de larga duración; modificar los aspectos más lesivos de la reforma laboral del PP o cambiar algunos artículos del Estatuto de los Trabajadores, hasta potenciar la negociación colectiva para mejorar los salarios, con la aplicación del salario mínimo de convenio de 1.000 euros/mes; subidas de las pensiones o medidas transversales para actuar contra la feminización de la pobreza.