La utilización masiva de toallitas húmedas en los hogares de Puerto de la Cruz está provocando que la acumulación de fibras y tejidos en las tuberías de saneamiento causen averías por atascos, bloqueos, roturas internas por calentamientos, etc. en las tuberías y en los equipos de bombeo encargados de impulsar el agua residual hacia la planta depuradora.
Esto es lo que el alcalde de la ciudad, Lope Afonso, ha querido mostrar junto a Emilio Fernández, el director de la empresa gestora del Servicio Municipal de Agua, Aqualia, Ángel Montañés, concejal de Servicios Generales, Obras e Industria, y Braulio Domínguez, jefe de servicio de la empresa en el municipio, en la Estación de Bombeo de Aguas Residuales (EBAR) de Playa Jardín, donde han dado muestra de cómo se acumulan estos residuos en la reja de desbaste de este bombeo. Esta instalación recoge toda el agua residual procedente del casco urbano y de las otras 5 EBARs del municipio y la impulsa hacia la depuradora de Valle de la Orotava.
En los 8-10 millones de litros de agua sucia que cada día recoge, los tejidos de los que están fabricadas las toallitas se van acumulando con más residuos de la red de alcantarillado como compresas, preservativos o bastoncillos de oído, también arrojados incorrectamente al váter, aumentando su tamaño hasta el punto de provocar atascos y bloqueo de las bombas, ya que no pueden aspirar.
Todo ello provoca importantes costes de mantenimiento de las infraestructuras del Servicio Municipal de Aguas de Puerto de la Cruz, inversión que, de no dedicarse a solucionar este problema, se podría dirigir a mejoras técnicas de la red. Además, esto multiplica las retenciones de las redes, malos olores y salideros de aguas fecales a la vía pública originando serios problemas a los vecinos.
Afonso y Fernández, han mostrado a pequeña escala por qué arrojar toallitas al inodoro resulta totalmente contraproducente para la red de saneamiento, ya que no se descomponen en contacto con el líquido como la celulosa de la que está hecho el papel higiénico: en dos cubetas llenas de agua han metido toallitas y papel higiénico respectivamente y han removido varias veces mostrándose cómo el papel higiénico se desmenuzaba, mientras que las toallitas permanecían inalteradas, a pesar de que en todos los envases de este tipo de producto se indica que se pueden desechar por el inodoro.
Por ello, piden la colaboración ciudadana para evitar este tipo de problemas; con el simple gesto de tirar estas toallitas o cualquier otro residuo a la papelera, se mejoraría sensiblemente la problemática descrita y redundaría en el buen funcionamiento de las infraestructuras hidráulicas de la ciudad así como de las propias instalaciones particulares de los vecinos.
Para promover este tipo de conductas responsables, Ayuntamiento y Aqualia lanzaron el verano pasado la campaña “No lo tires”, en la que mediante banners y un folleto insertado en la factura del agua de todos los portuenses, se advertía de las consecuencias negativas de arrojar residuos al inodoro tales como toallitas, aceites o fármacos.
Esta acción de concienciación medioambiental se completa con las de carácter técnico que Ayuntamiento y empresa han llevado recientemente a cabo en la propia EBAR de Playa Jardín, encaminadas sobre todo a la eliminación de olores.
Las obras, ejecutadas entre marzo y principios de abril, han consistido en la reposición de la cubierta de la sala de pretratamiento y la mejora de la desodorización con ozono. Se demolió la cubierta existente, que ya presentaba desperfectos, y se repuso con una nueva de placas alveolares prefabricadas, además de impermeabilizar todo. En cuanto a la desodorización, se ha mejorado el sistema, consistente en canalizar el aire a un serpentín que le inyecta ozono, generado en una máquina dentro de la propia instalación, para desinfectarlo y minimizar el olor desagradable a sulfhídrico.
La obra ha tenido un coste total de 19.177,32 €, que ha financiado Aqualia a cargo de la partida anual para mantenimiento de instalaciones del servicio.
La Empresa pone así de manifiesto su preocupación por mejorar la calidad del servicio prestado y en relación a las toallitas recuerda que una conducta responsable en el uso del agua debe ir encaminada no sólo a un consumo racional del recurso, sino a la correcta devolución del mismo a su entorno natural con todas las garantías de sostenibilidad.