En el comunicado anterior, El PSOE releva a CC en su política de hostigamiento a la Sanidad pública canaria, nos centramos en los problemas relativos a las infraestructuras e instalaciones en nuestro centro de trabajo y su área de referencia, concluyendo que el Hospital Universitario de Canarias ya no aguanta más. Pero no solo esto es lo que preocupa a esta organización sindical y al conjunto de trabajadores. Los recortes de derechos y la precariedad laboral y asistencial, son también objeto de décadas de abandono, sin que exista reacción por parte del actual equipo directivo.
Como ejemplo práctico, seguimos pendientes, después de un año, de una respuesta, una simple respuesta que nos permita materializar el derecho cierto reconocido en el Convenio Colectivo para el acceso a la Jubilación Parcial. Importante es, a día de hoy, el número de trabajadores que, con más de 35 años dedicados en cuerpo, alma y salud a esta casa, no merecen, con la coartada de vaciar de contenido nuestro marco jurídico, verse despojados de este derecho.
Por otro lado, el HUC cuenta con el triste honor de contar con las menores plantillas del conjunto de categorías profesionales. Consecuencia de ello, es la deuda de más de 90.000 horas trabajadas por encima de la jornada legalmente establecida y que a día de hoy, nadie sabe cómo se van a devolver. Insisten en comparar el gasto de personal de los presupuestos entre los diferentes centros, sin tener en cuenta que, pese a los reiterados intentos de la Administración Sanitaria, somos el único hospital que, afortunadamente, no tiene privatizados los Servicios de Limpieza, de Lavandería, de Cocina y de Mantenimiento y esas actividades se desarrollan con mayor eficiencia. ¿Qué sucedería con el gasto de otros hospitales si al personal se sumaran los costes de las contratas?
¿Y la inestabilidad laboral? Menos ratios de plantilla por población asistida, si nos comparamos, por ejemplo con nuestros vecinos del Sur y, mayor precariedad en la contratación. Desde hace tres años, venimos reclamando judicialmente la adjudicación de las vacantes, asunto con el que dicen estar de acuerdo, pero que después recurren ante los tribunales de justicia. Nos preguntamos a qué se debe el retraso en la adjudicación de plazas vacantes e instamos para que, en aquellas categorías que han sido objeto de toma de posesión se proceda con carácter inmediato.
En el mismo orden de cosas, también conviene recordar el elevado porcentaje de temporalidad que sufre este centro. Es un argumento de obligada defensa para la apuesta por las ofertas públicas de permanencia y consolidación en el empleo.
De lo que si anda sobrado este centro es de mandos intermedios y de habilidad para esconder entre las filas del Servicio Canario de la Salud a sus antecesores en puestos de alta dirección. Y es que, si la media de trabajadores de las diferentes categorías por número de habitantes es la más baja, esta dirección se ha prodigado en el incremento de puestos de confianza, y por supuesto, en la línea habitual, designados sin que medie concurso público alguno, llevándonos a tener la mayor proporción de los mismos del conjunto del estado. Claro que este tipo de gestión puede ser la imposición de una línea ofensiva contra el HUC, sus trabajadores y usuarios, urdida desde la Administración Sanitaria y el Gobierno de Canarias. Si no se está de acuerdo, lo más honesto es dimitir… (Continuará).