Hoy en día es muy habitual tener que recurrir en algún momento de nuestra vida a los servicios jurídicos de un abogado o abogada. Los motivos pueden ser muy diversos; cláusulas abusivas, hipotecas, herencias, etc.
Se trata de un tema complejo, en el que a veces por desconocimiento, pueden cometerse algunas equivocaciones. Por eso hoy queremos compartir con vosotros los cuatro errores más frecuentes a la hora de contratar un abogado:
- El primero de ellos, es esperar demasiado tiempo para ponernos en manos de un profesional. Por lo que nuestros derechos o nuestra defensa puede verse afectada por la caducidad o prescripción de algún plazo. Recuerda que el tiempo no espera a nadie.
- El segundo error que se produce con mayor asiduidad es no firmar una hoja de encargo. La redacción de este documento no es obligatoria, pero el código deontológico de la abogacía recomienda su uso. En ella se recogen las condiciones esenciales del servicio, como el precio o el momento del pago de los honorarios. Este simple acto ayuda al usuario a conocer los detalles de la contratación y no encontrarse con “sorpresas” a la finalización del encargo.
- El tercer desacierto más habitual es no buscar un abogado especialista. El mundo del derecho es muy amplio, por lo que es fundamental ponernos en manos de un especialista de la rama jurídica que necesitemos.
- Y el cuarto error más reiterado (pero no menos importante), es no contar la verdad íntegra a nuestro defensor. El abogado necesita conocer toda la información del caso para trazar la mejor línea de defensa y adelantarse a futuros contratiempos. Recuerda que está vinculado por el secreto profesional y su trabajo no es juzgarte sino ayudarte.
Eva de la Cruz, directora de Dalia Abogados.
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