La suspensión cautelar del capitán Antonio Padrón, máxima autoridad marítima en la provincia española de Tenerife ha quedado en entredicho cuando la causa judicial abierta contra el capitán marítimo de Tenerife (Canarias, España), Antonio Padrón Santiago, por un presunto delito de prevaricación, ha sido sobreseída y archivada por decisión de la jueza del Juzgado de Instrucción número 5 de Santa Cruz de Tenerife, al entender que existe falta de indicios razonables de delito.
El capitán marítimo de Tenerife había sido relevado de su puesto de forma temporal después de que un Juzgado de Instrucción admitiera a trámite una querella de la Fiscalía de la Audiencia provincial de Santa Cruz de Tenerife formulada en base a una denuncia por la comisión de presuntas irregularidades en su gestión. La denuncia fue interpuesta el 22 de noviembre de 2017 por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) y la Fiscalía de la Audiencia Provincial en el Juzgado de instrucción Número 5 de la capital tinerfeña, informa la Cadena Ser.
Al capitán marítimo de Tenerife se le imputaba la comisión de un delito de prevaricación al conceder permisos a embarcaciones en zonas no habilitadas ni autorizadas para ello y evitar el abono de las tasas. La juez no ha encontrado indicios de tales delitos para sustanciar la causa, por lo que ha procedido a archivarla.
Mientras ha durado la suspensión del capitán Padrón, su puesto ha sido ocupado provisionalmente por José Antonio Conde, inspector y auditor del Código ISM. Medios marítimos consultados entienden que tras el archivo de la causa, Antonio Padrón será reintegrado en breve a su puesto.
Ahora lo que cabe preguntarse es quien responderá por habar apartado injustamente y sin motivo al capitán Padrón de su puesto de trabajo y por haber dejado en entredicho su profesionalidad.
El hecho de que se haya archivado la querella al no apreciar el más mínimo indicio de delito demuestra que en España se toma demasiado a la ligera cualquier tipo de acusación y que no se respeta la presunción de inocencia en el marco de una absurda caza de brujas digna de la era 'McCarthy'.
Es de suponer que, como siempre, los responsables del injusto 'relevo temporal' del capitán Padrón quedarán impunes porque 'solo hacían su trabajo', como es la tónica habitual. No es común que en estos casos de total falta de profesionalidad se busquen responsables en el mundo jurídico, estos nunca pagan por sus errorer, el corporativismo lo 'politicamente correcto' lo evita.
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